El fin de semana pasado, la Cooperativa de trabajo Codauquen sufrió el robo de muchas de sus elementos de trabajo: 7 ollas de diferentes tamaños, 8 cuchillas, sartenes, panquequeras, batidoras, bidones de aceite y mechero para la realización de postres. Codauquen se dedica al rubro gastronómico, fundamentalmente a la realización de viandas.
Pero la tristeza de estas pérdidas se convirtió rápidamente en esperanza cuando empezaron a recibir distintas muestras de solidaridad para que puedan seguir con su trabajo diario.
Al mandar un mensaje sobre la situación, las personas cercanas se empezaron a comunicar: “yo tengo una cuchilla, yo una olla, empezaron a pedirnos el CBU de la cooperativa para hacer algún aporte. En principio fue entre nuestros conocidos, pero esto se fue compartiendo y multiplicando”, comentó Marcela Zavala, trabajadora de Codauquen.
Estuvieron aquellos que donaron dinero de manera anónima para fortalecer la seguridad del lugar, como así también empresas y comercios que hicieron su aporte. Salvac regaló una alarma, Bazar Centro les hizo llegar ollas y la Asociación Regional de Cooperativas de Servicios Públicos (ARCOOP) se comunicó y les realizó un aporte de dinero para que pudieran comprar las herramientas faltantes.
Algunos ejemplos que inyectaron de ánimo a esta cooperativa que brinda trabajo a 12 personas, algunas de ellas en situación de discapacidad.
Zavala remarcó que “a ninguno de nosotros nos brotó como primer sentimiento la bronca o el odio. Fue tristeza por las cosas que se habían llevado porque nos cuesta mucho comprarlas”. De hecho, tras la situación “nos sentamos a charlar sobre lo que nos había pasado para que no nos quedara resentimiento. Charlamos incluso hasta de que somos afortunados porque podemos estar trabajando en medio de la pandemia”.
Pero el hecho delictivo quedó casi en el olvido cuando Codauquen empezó a recibir todo tipo de ayuda.
“Recién vino un hombre en bicicleta con una olla de su casa. Cuando yo le pregunté si la usaba, me dijo que sí pero que no importaba, que nos quería dar la olla a nosotros”, dijo Zavala. También una chica “nos trajo una olla y un cuchillo, me dijo que los usaba, pero que no importaba”, comentó.
ARCOOP nuclea a más de 20 cooperativas de servicios y se dedica a las telecomunicaciones y la fabricación de postes. Es una de las entidades que también levantó el teléfono para poder ayudar. “Cuando nos enteramos que le habían robado, nos destruyó. Todos estuvimos de acuerdo en ayudar. Veíamos que no solo les robaron los materiales sino los sueños porque no iban a poder seguir trabajando”, dijo Rubén Delfino, presidente de ARCOOP.
Delfino aclara que no lo hicieron público y que no es su objetivo figurar. Aunque destaca la importancia de que “entre cooperativas nos ayudamos”. Sobre Codauquen, Delfino sostuvo que los conocieron en una actividad en la Universidad y que en ellos se puede ver “espíritu del cooperativismo, que veces cuando las cooperativas se hacen grandes, eso se pierde un poco”.
Si bien Zavala indicó que todo el tiempo “nos bombardean con malas noticias”, esta situación es un ejemplo de que la “solidaridad y la nobleza es el mayor capital que tenemos como grupo y comunidad”.
En ese sentido, Delfino dijo que “si nos quedamos en el hecho delictivo nos quedamos en que está todo perdido. Si resaltamos lo demás, las cosas empiezan a cambiar”.
“El trago amargo quedó muy endulzado, uno siente esa solidaridad de tanta gente que llama para darte mensajes y ánimo. Reconforma el espíritu y nos da fuerza para seguir este camino”, concluyó Zavala.
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