Los datos dan una pauta de lo que sucede en la realidad.
Siempre reflejan la crudeza y profundidad de la situación. Y también, en otras ocasiones, permiten hacernos preguntas. Por ejemplo, luego de analizar los datos publicados por el INDEC, nos preguntamos: ¿los salarios siempre van corriendo de atrás a la inflación?
Lo que está claro es que detrás de cada número hay personas, trabajadores en su mayoría, quiénes luchan día a día por sobrevivir y a los que no les alcanza para resolver problemas tales como la vivienda,el transporte, la salud, la educación, etc.
Las problemáticas asociadas a carencias estructurales son de larga data. Las políticas implementadas no alcanzan a resolver, ni siquiera mitigan, la profundidad de la crisis.
A 45 º años de la última dictadura militar, se vienen a la memoria el dolor de la tragedia pasada, pero también el presente injusto y desigual por el que transita la gran mayoría del pueblo.
Miles de personas movilizadas reclaman por estos días salarios para vivir. Y esas reivindicaciones, no son sino el espejo de ese pasado que aún no pudimos revertir. Es entonces la necesidad que aparece, de construir colectivamente, luchas que nos permitan resolver los problemas de raíz.