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a Cancillería Argentina repudió, a través de un comunicado, las maniobras militares que se reportaron en las Islas Malvinas entre el 26 y el 28 de abril. Cancillería asegura que los operativos incluyen el lanzamiento de misiles Rapier y “nuevamente hacen caso omiso de los llamamientos de las numerosas resoluciones de las Naciones Unidas y de otros organismos internacionales, que instan tanto a la Argentina como al Reino Unido a reanudar las negociaciones a fin de encontrar una solución pacífica y definitiva a la disputa de soberanía”.
El Gobierno sostiene que el pasado 6 de abril, al tomar conocimiento de que este ejercicio iba a producirse, había enviado al Gobierno británico una nota de protesta, que resultó ignorada. A su vez, la situación fue denunciada ante Naciones Unidas y la Organización Marítima Internacional. “Estas maniobras militares demuestran una vez más que la ocupación ilegítima de Malvinas es la excusa para el establecimiento de una desproporcionada base militar. Actualmente cuenta con 1.200 efectivos en Monte Agradable y otros 300 civiles que prestan servicios realizando tareas de apoyo. Las Islas Malvinas representan uno de los territorios más militarizados del mundo, teniendo en consideración la cantidad de militares por habitante”, agrega la publicación.
“Las Fuerzas Británicas en las Islas del Atlántico Sur resultan desproporcionadas si se tiene en cuenta la persistente voluntad de diálogo expresada por el Gobierno argentino y su deseo de resolver la disputa territorial por medios pacíficos”, continúa. El área que conduce Felipe Solá advirtió que la presencia militar y el lanzamiento de misiles contradice la resolución 41/11 de la Asamblea General que exhorta a los Estados de todas las demás regiones a que respeten la región como zona de paz y cooperación.
El secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur de la Cancillería, Daniel Filmus, aseguró que “la base y la desproporcionada presencia militar británica en el Atlántico Sur de ninguna manera tiene un sentido defensivo” sino asegurar “el acceso y el control británico” para que el país pueda seguir explotando los recursos naturales.