A yer, entre las 11 y las 13 hs, tuvo lugar el “Primer Congreso de la Producción y el Trabajo” realizado por el ministerio de Desarrollo Productivo en el Museo del Bicentenario (debajo de Casa Rosada), a instancias de la Confederación General Empresaria (CGERA) y la Confederación de Gremios Industriales (CSIRA).
Tras la apertura realizada por el jefe de Gabinete Santiago Cafiero, se trató de una serie de paneles bien alineados entre funcionarios y representantes empresariales y sindicales. De fondo, la presentación de un documento con problemáticas y soluciones, tras 80 encuentros de trabajo realizados en diversas mesas sectoriales (con 72 cámaras y 28 gremios) desde el lanzamiento del Consejo Económico y Social en 2020.
“Con la mirada puesta en el impulso al empleo y la producción nacional, el agregado de valor en origen y el desarrollo regional”, se trata de propuestas y compromisos a firmar entre las partes para “para materializar una Argentina industrial, desarrollada e inserta inteligentemente en el mercado mundial”.
Estuvieron la vice-jefa del Gabinete, Cecilia Todesca y el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz, junto con Antonio Caló, de la UOM, y Marcelo Fernández, de CGERA.
Luego, el presidente de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires y vocero del Consejo Agroindustrial Argentino (CAA), José Martins, el secretario general del Sindicato Argentino de Obreros Navales (SAOSINRA), Juan Antonio Speroni y el ministro de Economía, Martín Guzmán.
El tándem siguiente lo encabezó el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, la pro-secretaria gremial de la Asociación de Industriales Metalúrgicos (ADIMRA) y el titular de UOCRA y representante argentino antes la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Gerardo Martínez.
El panel de cierre quedó para Matías Kulfas, ministro de Desarrollo Productivo y las partes del sector automotriz: Daniel Herrero, titular de Toyota y de la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa), y Ricardo Pignanelli por el Sindicato de Mecánicos (Smata).
Saliendo de la doble crisis
De entrada, Cafiero apuntaló la situación: “una doble crisis”, dijo en relación a 3 años de recesión económica durante el gobierno de Mauricio Macri y, sobre ella, la producida por el covid-19. Sobre esa misma base hablaron después, Beliz, Todesca, Guzmán, Moroni y Kulfas.
«La industria es la nave insignia de la recuperación argentina», definió Cafiero y repudió el «modelo de especulación financiera» del pasado gobierno macrista, pensado «para unos pocos, un grupo selecto al que le iba bien», mientras «el resto de la Argentina lo miraba de afuera».
Hizo entonces un paralelo y expuso indicadores de algunas actividades productivas que ya han podido recuperar los niveles pre-pandemia. Recibimos 270 obras públicas en ejecución y hoy tenemos 1.870. En los dos últimos años del gobierno anterior se dieron 4.400 créditos a pymes y “nosotros llevamos dados 94.284 créditos”. “Si contamos los créditos a los trabajadores y monotributistas, y a los trabajadores independientes y autónomos, hay que sumar 564 mil créditos otorgados”, dijo Cafiero.
Nuestro objetivo es el “desarrollo económico con justicia social y que el estado sea el motor y apalanque ese modelo” que debe “resolver asignaturas pendientes, con oportunidades y empleo, trabajo genuino, en blanco, bien remunerado, recuperar consumo y el salario», sostuvo.
Más que 4.0
«No es el momento del diálogo de la mesa de café para describir los problemas» sino que es necesario «empezar a hablar ya de una economía 4.1, que multiplica», basada en cuatro sectores: «el Estado, empresarios, el movimiento obrero organizado y la economía popular, en unión y armonía», dijo Gustavo Beliz. Esta es –concluyó- la comunidad organizada”.
Hablando de las nuevas tecnologías, Cecilia Pinedo, de ADIMRA, cámara que agrupa 24.000 empresas con 300 mil puestos de trabajo, agregó en su panel un dato que caracteriza la época y la problemática. Con datos del Foro Económico Mundial, señaló una tendencia: que “el 70% de la creación de valor va a provenir de plataformas digitales” y “como contrapartida, 50% de la población no tiene acceso a internet”.
“Para crecer y producir mejor, necesitamos conectividad”, dijo al igual que el resto de los empresarios que expusieron en la jornada.
Todesca también subrayó que “el desarrollo de nuestra industria es el corazón de nuestro plan”. “Argentina tiene una economía semi-industrializada”, caracterizó la vicejefa de Gabinete y dijo que hay mucho trabajo y muchos desafíos como “desarrollar un proyecto productivo de inserción en cadenas globales de valor” y a la vez, de “defensa de la producción nacional.”
Minutos más tarde, en el ante último de los paneles, el secretario general de la UOCRA, Gerardo Martínez, le puso nombre a esa doble maniobra y dijo que los trabajadores estaban dispuestos a hacerlo: “salir a competir al mundo y ganar mercados”.
Martín Guzmán, a su turno, apeló a esa unidad entre las partes: “seguir construyendo los entendimientos mutuos y el ambiente en el que podamos comunicarnos sin temores” para “tener un Estado nación más fuerte y estar más integrados en un mundo que es cada vez más competitivo.” Y de esa manera, concluyó, satisfacer las necesidades, los deseos, los objetivos y sueños de nuestra población”.
Los dólares
En esa mesa habló Martins, del CAA nacido en julio del año pasado que ya agrupa a 63 cámaras y entidades del agro y la industria. Sectores que explican el 67% de las exportaciones, ocupa a 3,7 millones de trabajadores (22% del empleo privado argentino), dijo al presentarse y, con Guzmán al lado, apuntó que de allí salieron “8 de cada 10 dólares que ingresaron al país que permitieron aumentar las reservas (del BCRA), mantener el empleo, la inversión y la producción”.
Luego de la entrada en escena, pasó comentar los desafíos que el propio sector se plantea y, luego, la lista de condiciones que el Estado debe garantizar.
El mundo pide alimentos y nosotros podemos abastecerlo garantizado a la vez el abastecimiento de las góndolas de nuestro país, explicó Martins y puso como ejemplo que el polo oleoginoso –que genera el mayor ingresos de divisas extranjeras- está trabajando hoy al 60% de su capacidad. “Si trabajara al 100% implicaría 3.500 millones de dólares adicionales”.
“Esta es la oportunidad para que la Agroindustria derrame y derrame en el interior”, aseguró.
Entonces, las condiciones: mantener reglas de juego claras y sostenibles, aflojar la carga tributaria (“no pensar en nuevos impuestos”), conectividad para bajar los costos de producción y mejoramiento de la infraestructura.
En línea con los demás participantes, dijo que el objetivo tener “más y mejor industria nacional y trabajo para todos”.
Trabajo, productividad y beneficios
Con disposición hacia ese horizonte, la representante de la Industria Metalúrgica, mencionó un proyecto que ya fue presentado al Consejo Económico y Social: la creación de un Instituto de Formación 4.0. Se trata de una fábrica inteligente, dije Pineo, que “simula un entorno fabril basado en lo digital”.
Mencionó la necesidad de desarrollar allí “capacidades duras, como robótica, inteligencia artificial, ciencia de datos y ciberseguridad” pero también, agregó la empresaria, “capacidades blandas: habilidades de trabajo en equipo, negociación, liderazgo colaborativo, escucha activa y comunicación”.
“La nueva realidad laboral, es colaborativa y co-creadora”, señaló.
Con respecto a estos avances tecnológicos, Gerardo Martínez remarcó que los trabajadores “no le tenemos miedo a este proceso estructural” pero “reclamamos es que la transición sea justa”. Mencionó que no es una dinámica homogénea y que su impacto es diferente en las distintas ramas de actividad por lo cual hay que analizarlo caso por caso.
Pero hizo especial hincapié en que “el cambio tecnológico y sus consecuencias no resulta indiferente al modelo de concentración económica”. Aumenta la productividad “y lleva necesariamente a discutir la distribución de los beneficios”.
De todas maneras, “no vemos destrucción de puestos de trabajo” sino “mayor calificación profesional” de los mismos. Se observa “la convivencia de diferentes generaciones tecnológicas en un mismo proceso, que es un proceso más de integración”.