L a base monetaria se expandió este año en 313.000 millones de pesos y llegó a 2,783 billones. El Banco Central de la República Argentina fabricó esa cantidad de billetes en primer lugar para cubrir intereses de pases pasivos y Letras de Liquidación (Leliqs) que tienen los bancos. En segundo lugar, para comprar dólares en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC) y finalmente, para asistir el gasto público.
En números, de enero a julio destinó 767.493 millones a Pases y 316.160 millones a Leliq, 664.218 millones para adquirir divisa extranjera y 236.000 millones de pesos para gastos del sector público.
La cantidad de instrumentos de deuda emitidos por el gobierno y que están en manos del sector bancario, llegó en julio a 3,9 billones de pesos. Leliqs y Pases, son mecanismos para “esterilizar” la economía, término que significa lisa y llanamente sacar de circulación esa cantidad de billetes y monedas que podrían fugarse al dólar, hacerlo subir y rebotar como más inflación.
El ministro Martín Guzmán habló ayer justamente sobre “tranquilizar la economía” (ver página 6). Mantener un dólar competitivo para promover la exportación es una meta que se ha fijado el gobierno.
Pero aun así, los precios de los productos siguen subiendo y lo único que se seca es el bolsillo de los trabajadores y lo único que se enfrían son las condiciones en las que vive la población: 50% en condiciones de pobreza. Y lo que sigue funcionando más tranquila y aceitadamente, es la especulación.
Entre los bancos que tienen letras, las exportadoras que tienen dólares para liquidar y el resto de los mortales, los últimos siguen siendo los mismos: nada ha cambiado aún.
Por el contrario, en crisis, los bancos siguen aumentando su negocio: con respecto a los 7 primeros meses del año pasado, cobraron un 89% más en concepto de intereses por los pasivos remunerados que tienen en su poder. Ese salto fue mucho más alto que la inflación interanual que también va a ser superior al 50%.
La consultora LCG anticipa este cuento de nunca acabar: «el abul-tado stock de pasivos remunerados seguirá implicando un compro-miso de emisión futura, ya sea por efecto del pago de intereses que arrastra o, directamente, por su eventual desarme». Es decir, porque los bancos no acepten renovar nuevos títulos y reclamen que se les paguen esos pesos en billetes.
Es así, porque el circulante físico real equivale al 5,5 % del PBI y no alcanzarían a cubrir los papeles emitidos.