E n todo el mundo hay 527 Bancos Públicos de Desarrollo (PDBs) que operan a nivel subnacional, nacional, regional e internacional. En 2020 movieron en conjunto 2,2 billones de dólares en financiamiento: el 10% del total invertido en todo el mundo por todas las fuentes públicas y privadas combinadas. Y se presentan como actores fundamentales de la arquitectura de financiamiento del desarrollo, como un puente las políticas nacionales y los desafíos globales, los intereses públicos y el capital privado.
“Tenemos la responsabilidad de asegurarnos de que los flujos financieros respondan a las necesidades de desarrollo sostenible de nuestros países”, afirmó el titular de CAF, Sergio Díaz-Granados, frente a sus pares en la segunda cumbre “Finanzas en Común”, organizada por la Coalición de PDBs formada el año anterior para unir fuerzas y apoyar la transformación de la economía mundial y de las sociedades. Las palabras claves: desarrollo sostenible, resiliente e inclusivo. Así lo dice su declaración fundacional firmada en París en 12 de noviembre de 2020.
“Afirmamos nuestra determinación para cambiar de manera colectiva nuestras estrategias, nuestros modelos de inversión, nuestras actividades y modalidades operacionales, a fin de contribuir al cumplimiento de los ODS y el Acuerdo Climático, además de dar respuesta a la crisis de la COVID-19”, dice también aquella primera misiva.
Al cierre de la segunda Cumbre, el titular de Asuntos Económicos de la Unión Europea, Paolo Gentiloni, dijo que “las inversiones necesarias para realizar la transición ‘verde’ son tan grandes que la financiación pública por sí sola no será suficiente. Las finanzas privadas serán cruciales”.
Del encuentro participan además organizaciones internacionales, gobiernos, bancos centrales, empresas y entidades financieras del sector privado, asociaciones civiles, fundaciones, think tanks y miembros de la academia. En conjunto se proyectan como “el Sistema de Finanzas en Común”.