El último fin de semana de octubre se realizó la Cumbre de Líderes del G20 en la ciudad de Roma, Italia. Entre los principales acuerdos se destacaron los referidos al cambio climático, fundamentalmente mantener el límite de calentamiento de 1,5° respecto a niveles preindustriales; a las finanzas globales con la adopción de un impuesto mínimo global de sociedades de al menos el 15%; y al sistema sanitario global en lo que respecta a la distribución de vacunas de forma acelerada e igualitaria.
Asistieron los mandatarios de Argentina, España, Australia, Canadá, Reino Unido, India, Brasil, Corea del Sur, Sudáfrica, Arabia Saudita, Turquía, Italia, EEUU, Alemania, Indonesia y la Unión Europea. Por videoconferencia, por su parte, se hicieron presentes los líderes de Rusia, China y Japón.
En el documento final, llamado “Declaración de Roma”, Alberto Fernández logró incorporar la necesidad de “una mayor discusión de la política de sobretasa en el Directorio del FMI en el contexto de la revisión intermedia de los saldos precautorios”, tal como se describe en el artículo 10°, titulado “Apoyo a países vulnerables”. (Ver “Capturar, monetizar…”)
La cumbre anterior se realizó en 2020 de forma virtual, organizada por Arabia Saudita.
Respecto al clima, acordaron mantener al alcance el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5°C en comparación con los niveles preindustriales, acelerar sus acciones para lograr a nivel mundial cero emisiones netas de gases de efecto invernadero o la neutralidad en carbono hacia mediados de este siglo a más tardar y reafirmar el compromiso de los países desarrollados en materia de financiación de la lucha contra el cambio climático de movilizar conjuntamente 100.000 millones de dólares al año.
En cuanto a las finanzas, acordaron la adopción de un impuesto mínimo global de sociedades de al menos el 15%, como medida “para lograr un sistema tributario más justo” y evitar que las empresas se beneficien de regímenes fiscales complacientes y no paguen impuestos en los países en los que operan. Según el presidente de EEUU, Joe Biden, “la comunidad internacional, gracias al acuerdo sobre este impuesto mínimo global, apoyará a las personas al asegurarse de que las empresas contribuirán al pagar la parte que les corresponde”.
El sistema estará basado en dos pilares y abordará los retos fiscales que plantea la digitalización y globalización de la economía. El primero de los pilares fija que el volumen del beneficio residual de las empresas (el que queda después de que el país donde esté la sede se haya quedado con el impuesto correspondiente al 10% de la rentabilidad) se repartirá entre los países donde operan las compañías, y el segundo establece un tipo mínimo de sociedades mínimo del 15% para las empresas que tengan una facturación de al menos 750 millones de euros.
Sobre la situación sanitaria, avalaron avanzar en los esfuerzos para garantizar un acceso mejor y más rápido a las vacunas contra la COVID-19 en los países de renta media y baja y crear un grupo de trabajo conjunto sobre finanzas y salud del G20 para garantizar la financiación adecuada de la prevención, la preparación y la respuesta frente a pandemias. El objetivo es vacunar al menos al 40 % de la población en todos los países a finales de 2021 y al 70 % a mediados de 2022, tal como recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El bloque también afirmó que seguirá de cerca los desafíos económicos mundiales, como las interrupciones de las cadenas de suministro, reiteraron su compromiso con una respuesta mundial para acelerar el progreso hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible y apoyar una recuperación sostenible, integradora y resiliente en todo el mundo.
Ver “Declaración de Roma“, compuesta por 61 artículos y 49 anexos.