Los trabajadores de la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP), organizados en ATE, instalaron durante cuatro días una carpa frente al Congreso Nacional en reclamo de la reactivación de la producción. El acampe se llevó a cabo desde el martes 14 al viernes 17 de diciembre.
“La situación actual de la PIAP es crítica. Si no se implementa un plan de recuperación, peligraría el suministro de agua pesada para el funcionamiento de las centrales de energía nuclear nacionales, por lo que esta cuestión lejos de ser local conlleva una importancia estratégica a nivel nacional”, afirmaron desde ATE-CNEA en un comunicado.
El Secretario Adjunto de ATE Nacional, Rodolfo Aguiar, exigió al Gobierno que se acondicione la PIAP de Neuquén porque es “es una de las industrias más grandes que tiene la provincia de Neuquén” y “debiera ser el puntapié inicial para el desarrollo de un gran polo industrial, pero los Gobiernos que se han ido sucediendo a nivel nacional sistemáticamente atentaron contra ella”.
Aguiar sostuvo que “siempre fue el pueblo, las trabajadoras y trabajadores, quienes dieron pelea para defender la planta, sostener su funcionamiento y reactivarla cuando fue necesario. Acá estamos nuevamente, montando esta carpa frente al Congreso de la Nación, para exigir respuestas”.
De los 600 empleados que supo tener la PIAP, por los retiros voluntarios y despidos, ajuste aplicado desde 2018, hoy cuenta con 105 encargados de mantener las instalaciones. Si no se retoma el nivel anterior de producción, las máquinas corren el riesgo de quedar obsoletas en poco tiempo. Se calcula que volver al nivel óptimo de trabajo demandará al menos 20 meses, debido a la necesidad de formar, capacitar y contratar a los especialistas.
“A medida que pasa el tiempo, el costo para que vuelva a funcionar es mayor, tanto económicamente como por los recursos humanos necesarios, ya que en los últimos tiempos se han perdido numerosos profesionales y técnicos altamente calificados. El Gobierno no debe dejar pasar un sólo minuto más y tiene que dar inicio inmediatamente a un plan de puesta en funcionamiento”, concluyó el adjunto de ATE.
Organismos y empresas apoyan la reactivación
Distintas entidades afines a esta industria se manifestaron a favor de su reactivación, como la Secretaría de Energía, la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y la empresa Nucleoeléctrica Argentina S.A. (encargada de operar las centrales nucleares), sin embargo aún no hubo ninguna señal real y concreta para su nueva puesta en marcha.
“Las centrales nucleares que existen en nuestro país van a necesitar en los próximos años, por lo menos, 500 toneladas de agua pesada, esto teniendo en cuenta además que estas son centrales nucleares que han finalizado recientemente un proceso para extender su vida útil”, indicó durante la conferencia de prensa, Rodolfo Aguiar.
La Empresa Neuquina de Servicios de Ingeniería (ENSI) Sociedad del Estado opera la PIAP, la planta más grande del mundo para la producción de agua pesada, un elemento indispensable para moderar y refrigerar el funcionamiento de los reactores nucleares. Actualmente este producto es importado para las tres centrales nucleares en nuestro país (Atucha I, II y Embalse), a pesar que la planta tiene capacidad para abastecer al mercado local e incluso exportar.
Por qué no se procede ya a la puesta en marcha de la producción d agua pesada en Neuquén?A quien corresponda esa decisión en el gobierno,espero una respuesta. Los trabajadores así lo reclaman