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a Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (CE) ha decidido que la Federación Rusa “ya no puede ser un Estado miembro”, según la resolución de la sesión extraordinaria de este martes 15 de marzo, que obtuvo 216 votos y 3 abstenciones. El texto se solidariza con Ucrania y reafirma el apoyo a “la integridad territorial de Ucrania dentro de sus fronteras internacionalmente reconocidas”.
Dos días después hizo lo mismo con Bielorrusia por “su participación activa” contra Ucrania.
El jefe de la delegación rusa ante la Asamblea, Piotr Tolstói, había anticipado el retiro del Consejo Europeo por voluntad propia. “Esta es una decisión equilibrada y deliberada”, dijo señalando que los países de la OTAN utilizan el tema de los derechos humanos “para perseguir sus propios intereses geopolíticos y lanzar ataques contra nuestro país”.
El CE es una organización internacional fundada en 1949 mediante el Tratado de Londres, tras la implementación del Plan Marshall, promovido por EEUU, en 1947 y el Congreso de La Haya de 1948. Los fundadores fueron Bélgica, Francia, Luxemburgo, Holanda, Reino Unido, Irlanda, Italia, Dinamarca, Noruega y Suecia, y hasta esta semana sumaba 47 países con un total 324 parlamentarios.
Su finalidad es construir una unión más estrecha para salvaguardar los ideales y los principios que constituyen su patrimonio común y favorecer su progreso económico y social. Objetivos que luego se plasman en acuerdos económicos, administrativos, científicos y jurídicos. De hecho, una de sus principales instituciones es la Corte Europea de Derechos Humanos.
Ejecutivamente funciona con el Comité de Ministros, formado con el Canciller de cada país.
“Nos entristece que hoy tuviéramos que pedir la expulsión de un Estado que ha sido miembro de nuestra Organización durante más de 25 años -expresó el holandes Tiny Kox, que preside la Asamblea, tras la votación- pero me alegro de que nos atreviéramos a hacerlo. No hay lugar en esta Organización para aquellos que cruzan las líneas rojas”.
Avanzan negociaciones entre Rusia y Ucrania
A la par que continúan los enfrentamientos militares en territorio ucraniano y el cruce de sanciones políticas económicas entre países, esta semana avanzaron las negociaciones entre Ucrania y Rusia para lograr un plan de paz. El periódico Financial Times informó sobre el tratamiento de un borrador de 15 puntos, centrado fundamentalmente en la neutralidad militar de Ucrania.
Previamente, el presidente ucraniano planteó, en una reunión con los líderes de las Fuerzas de Infantería Unificadas, que su país “debe aceptar la idea de que no será parte de la OTAN”. “Hemos escuchado durante años sobre puertas supuestamente abiertas, pero también hemos escuchado que no podemos entrar allí. Es cierto, y debemos admitirlo”.
Por su parte, el titular de la OTAN, Jens Stoltenberg, anunció que hay 140 mil soldados de la alianza desplegados en Europa “principalmente en la parte oriental de la alianza”, pero reiteró que el bloque militar “no desplegará fuerzas de combate o aviones dentro de Ucrania”, ya que “no tiene la intención de escalar la situación”.
“Este es un momento histórico y trascendental en la historia moderna -dijo el canciller ruso Serguéi Lavrov en una entrevista con RBC TV-, porque refleja la ‘batalla’ en el sentido más amplio de la palabra sobre cómo será el orden mundial”. Ratificó también que Rusia está dispuesta a buscar las vías para garantizar la seguridad europea, pero siempre que no sea mediante la expansión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
“Criminal de guerra” y armas biológicas
Desde la Casa Blanca, Joe Biden anunció el aumento la asistencia militar a Ucrania en mil millones de dólares y tildó a Vladimir Putin de “criminal de guerra”, caracterización ya utilizada en días anteriores por el diplomático europeo Josep Borrell y por el primer ministro británico, Boris Johnson.
Del otro lado, el Ministerio de Defensa ruso denunció la participación de EEUU y la OTAN en el desarrollo de armas biológicas en laboratorios ucranianos cercanos a la frontera rusa.
El mismo Putin, declaró en un discurso este miércoles: “Había una red de docenas de laboratorios en Ucrania, donde se llevaban a cabo programas biológicos militares bajo la guía y con el apoyo financiero del Pentágono, incluidos experimentos con cepas de coronavirus, ántrax, cólera, peste porcina africana y otras enfermedades mortales”.
Victoria Nuland, Subsecretaria de Estado de EEUU, declaró la existencia de dichas instalaciones durante una presentación en el Congreso de su país: “Ucrania tiene instalaciones de investigación biológica de las que ahora nos preocupa que las fuerzas rusas puedan estar tratando de hacerse con el control. Por lo tanto, estamos trabajando con los ucranianos sobre cómo pueden evitar que cualquiera de esos materiales de investigación caiga en manos de las fuerzas rusas en caso de que se acerquen”.
Efectos económicos
David Beasley, director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos (PMA, dependiente de la ONU), anunció que “las consecuencias de esta guerra se extenderán por todo el mundo, ya que Rusia y Ucrania juntas exportan alrededor del 30 por ciento del trigo del mundo” y anunció que el 2022 será un año de “hambre catastrófica”.
Desde la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, ONU), se alertó que el conflicto podría desencadenar una crisis alimentaria a nivel global. “Las posibles interrupciones de las actividades agrícolas de estos dos principales exportadores de productos básicos podrían aumentar gravemente la inseguridad alimentaria a nivel mundial, cuando los precios internacionales de los alimentos y los insumos ya son altos y volátiles”, declaró el organismo en un informe.
Bancos yanquis permiten el pago de intereses de deuda rusa
Ayer, el Departamento del Tesoro de los EEUU autorizó el pago de intereses de dos bonos soberanos rusos denominados en dólares, evitando el primer default de deuda externa de Rusia en más de 100 años.
La Oficina para el Control de Activos Extranjeros (OFAC, en inglés), organismo encargado de la imposición de sanciones financieras, exceptuó de las mismas al pago de intereses de deuda. Así entonces, los pagos fueron recibidos por el banco JP Morgan, quien intermedió en nombre del Banco central ruso, acreditó y procesó los pagos y emitió un crédito a la sucursal londinense del Citi (agente pagador), el cual desembolsará el monto a los tenedores de bonos.
La orden de pago de 117,2 millones de dólares fue realizada por Rusia el lunes, pero hasta el anuncio del banco estadounidense no existía confirmación respecto a si las sanciones financieras impuestas, con motivo de los enfrentamientos en Ucrania, limitarían la operación. De haber sido sido así, el gobierno ruso habría tenido 30 días para lograr concretar el pago previo a entrar en default.
Tanto el JP Morgan (mayor banco estadounidense, por activos) como el Citi (principal banco americano en Rusia) forman parte del grupo de entidades que anunciaron su retiro del país de Putin, tras el inicio de los enfrentamientos en Ucrania.
German Gref, CEO de Sberbank (mayor banco ruso, controlado por el Banco Central), forma parte del Consejo Internacional del JP Morgan.