El Consejo de la Magistratura; comisión mixta encargada de designar, controlar y remover jueces; tiene como presidente desde el lunes al propio presidente de la Corte Suprema de Justicia, Horacio Rosatti.
El fallo lleva la firma de Rosatti; del vicepresidente, Carlos Rosenkrantz; y del juez Juan Carlos Maqueda. El único que no firmó el fallo fue Ricardo Lorenzetti, juez del máximo tribunal y ex presidente del mismo.
El organismo vuelve a funcionar con 20 integrantes en función de una ley de 1997 pero que ya está derogada. Es que el máximo tribunal firmó una resolución que ratifica su decisión de diciembre último de declarar inconstitucional la conformación que el organismo tenía desde hace 15 años porque se venció el plazo de 120 días que había establecido para que el Congreso sancionara una nueva ley. La fecha límite era el 15 de abril, por lo que entró en vigencia la vieja estructura.
“El Poder Judicial es el último reducto conservador del establishment en el Estado para impedir cualquier transformación de la realidad. Cada 2, 3 ó 4 años, la ciudadanía, votamos nuestros representantes en los legislativos y ejecutivos nacionales, provinciales y locales. A nuestros dirigentes sindicales, centros de estudiantes, consejeros escolares, hasta a las autoridades del club de barrio o del centro de jubilados. Pero sin embargo nos niegan la integración popular y democrática en la selección y designación de quienes, durante 30, 40 y 50 años definen con sus fallos cada detalle de nuestra vida cotidiana”, dijo Matías Fachal, líder de la Federación Judicial Argentina (FJA).
Con el nuevo fallo de la Corte, diputados y senadores tuvieron que nombrar a sus representantes para integrarlo. Sergio Massa, presidente en Diputados, nombró a la diputada de la UCR Roxana Reyes, tal como pidió la oposición. En cambio Cristina Fernández, presidenta del Senado, nombró al senador del flamante bloque Unidad Ciudadana, Martín Doñate, en lugar del senador del PRO, Luis Juez. Es que el Frente de Todos en el Senado dividió el bloque el miércoles por la noche, para que el oficialismo tenga la tercera minoría y de ese modo poder nombrar un consejero propio.