En conjunto explican el 32% de las 116,9 millones de toneladas de granos y subproducto que a lo largo de 2021 salieron de los puertos ubicados en territorio argentino.
En la última semana de abril, Bunge Argentina -heredera de la compañía comercializadora de granos fundada en 1818 en Holanda y que en 1884 se trasladó al país- se subió a la oferta de restructuración que Vicentin había presentado a sus acreedores a mediados de marzo y que MolinosAgro, del grupo Pérez Companc, finalmente abandonó apenas 15 días después.
El concurso es por 1.575 millones de dólares y la propuesta radica en que estas tres exportadoras controlen el 95% del paquete de acciones.
La Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA), nacida hace 100 años para proteger el precio frente a los acopiadores y exportadores de entonces -entre ellos Bunge y Born y Dreyfus- es la primera empresa de origen nacional en volumen de exportación con 10,1 mT totales declaradas en 2021. Hoy constituye un grupo económico cooperativo propietario de más de 20 sociedades nacionales e internacionales, con oficina en la región administrativa especial china de Hong Kong.
Pérez Companc decidió salirse y no tomar riesgos frente a un contexto internacional “complejo” por las dificultades para acceder al capital, por la inflación y la suba de las tasas de interés, los costos de la energía y el comercio de alimentos y materias primas ya afectado, dijeron entonces en un comunicado.
“No modifica en absoluto la propuesta concursal presentada en el expediente, que ha cosechado en las últimas semanas una contundente aceptación”, comunicó entonces Vicentin. De hecho, las otras dos empresas ya ratificaron su continuidad en el proceso ante la Justicia.
Para los actuales accionistas de Vicentin (que pasarían a quedarse con el 5%), la entrada de Bunge Argentina fue “trascendente” porque otorga “una cuota adicional de confianza al proceso concursal”.
Ese proceso requiere ahora un segundo paso: una mayoría especial del 66% de los acreedores que acepte la oferta ya “en relación al capital verificado”.
En los inicios del siglo pasado, la sociedad Bunge y Born (ByB) fue la fundadora de Molinos Río de la Plata. Desde 1980, Bunge es propietaria de uno de los primeros puertos privados del país ubicado en la localidad de Puerto General San Martín (PGSM), sobre la ribera del Paraná, cerca de Rosario. Por allí cerca está el Complejo Agroindustrial y Terminal Portuaria T6 que desde 1985 comparte en sociedad con Aceitera General Deheza (AGD), la segunda exportadora de origen nacional. Desde 2005 tiene otra terminal portuaria en el Complejo Industrial Ramallo (provincia de Buenos Aires) donde produce harinas y aceites, y desde 2014 una terminal específica de fertilizantes PGSM.
Asociado a otros capitales extranjeros y locales, ByB no sólo se amplió en su actividad comercial de granos sino que la diversificó en ramas textiles, minerales, metalúrgicas, molienda de trigo, fertilizantes y establecimientos agropecuarios, en los años 2000 y 2001, es absorbida por Bunge Argentina.