E
l gobierno actualizó el presupuesto de gastos de la Administración Nacional para el corriente 2022: son 5,5 billones de pesos más que los 10,5 billones ejecutados en 2021. Así lo establece el decreto de Necesidad y Urgencia 331 de la semana pasada que igualmente deberá volver a pasar por el Congreso para su aprobación.
En comparación con el PBI que el mismo presupuesto estima en 76,5 billones de pesos, queda a la vista el achicamiento general del gasto que será menor que el de los dos últimos años.
Y se enmarca así en las condiciones del acuerdo ratificado el año pasado con el FMI para refinanciar la deuda de 45.000 millones de dólares tomada durante el gobierno UCR-PRO que encabezó Mauricio Macri: impedimento de emitir más allá del 1% del PBI, reducción del déficit al 2,5% del PBI y elevar reservas del BCRA a 5.800 millones de dólares.
Pero con una inflación anual del 72% y un dólar que según el mismo cálculo del ministro Martín Guzmán establece en 176 pesos a fin de año, la presión para recurrir al sector financiero privado para conseguir recursos, es cada vez mayor.
El stock de deuda de corto plazo utilizada para tomar dinero del mercado y cubrir el déficit financiero es hoy del 10,6% del PBI y se prevé para la ejecución 2022 que aumente a 11,7%. Valores impensados para educación, por ejemplo. Y menos para obra pública y previsión social en las que hay directamente un recorte.
Ahí cae el otro requisito del FMI para tentar y obtener ayuda de los bancos: una tasa de interés real por encima de la inflación que de hecho acaba de subir por sexta vez a 53 %.
El propio Ministerio reconoce justamente un encarecimiento del dinero anticipando la bicicleta en la que se ha encerrado sin poder emitir. Emisión que actualmente ya va dirigida a los bancos tenedores de los pasivos financieros: 5,3 billones de pesos Letras de Liquidación (Leliq), en concepto de intereses. Entre ellos, BBVA, Santander, Macro, Banco Patagonia, Galicia, Credicoop, HSBC, ICBC, City, Superville.
Nueva emisión
En el mismo decreto, se pide al Congreso que apruebe la emisión ya realizada el 2 de mayo de un nuevo Bono de Consolidación (décima serie). Es un título a 7 años, en pesos y con una tasa de interés variable BADLAR que será capitalizada por su tenedor del cada tres meses y hasta febrero de 2026.
El capital recogido irá siendo devuelto en 13 cuotas trimestrales desde mayo de 2026 en adelante.