Cuando a Omar Plaini (Canillitas) le preguntaron esta semana por radio sobre el estado de debilidad del gobierno, señaló que hay deterioro y mediocridad en la política, incluyendo al gobierno, a la oposición y hasta la dirigencia sindical, “que no termina de encontrar un rumbo, aunque no es nuestra responsabilidad porque nosotros no gobernamos”.
Y ¿no será que estamos así porque no asumimos la responsabilidad histórica de hacerlo? ¿Será nuestra mediocridad la causa del deterioro del gran movimiento social obrero?
A fin de cuentas, sea cual sea la actividad que se realiza, solo hay dos personificaciones sociales: la que vive de su trabajo y la que vive del ajeno. No se trata de dos clases de personas porque quizas eso es lo que nos hace hablar de individuos, siglas, instituciones o identidades. Y así, dejar de darle existencia al sujeto social constitutivo del tipo de sociedad en la que vivimos: la clase y su poder cuando se pone en movimiento.
La tecla que toca Plaini los para frente al espejo. Pero como la mediocridad para algunos es normal, y las apariencias engañan -y sus reflejos, también-, nuestro problema es, concretamente, asumir la responsabilidad y poner todo nuestro empeño, solo para lograr marcar definitivamente el rumbo. Solo de ahi en más empezará otro cantar.