El movimiento popular, que luchó para que en el 2019 no sea reelecto Mauricio Macri, salió ahora a las calles contra los formadores de precio y la inflación.
Para los dirigentes resultó difícil explicar que la movilización es contra los empresarios, pero no contra las políticas de un gobierno que ya lleva en funciones cerca de tres años.
Como advertencia, dijeron que el gobierno tendrá que concretar medidas.
Esto da cuenta que los formadores han logrado construir un escenario que les es favorable. Y en la misma afirmación va una crítica: lo actuado por el gobierno ha contribuido a que así sea. Y también una autocrítica: no hemos actuado a tiempo sino ahora, ya consumado el golpe.
Entretenidos en figuras personales que pensarían por nosotros, no advertimos que la lapicera la tiene el mercado y ahora reaccionamos tardíamente.
Ahora en la calle, el movimiento obrero no podrá recular ni administrar esta crisis con simples consensos y acuerdos. Más bien, orientar lo que el pueblo reclama desde hace años desde abajo, aunque no lo vean quiénes siguen encandilados con las luces porteñas.
Tomar nota es fundamental para comprender que la lucha es la única lapicera con la que contamos.