Las luchas contra la reforma previsional impulsada por el gobierno de Mauricio Macri con las que cerró el 2017, disminuyeron a medida que se abrieron los movimientos partidarios de cara al 2019. Si bien falta más de un año, las dirigencias de los partidos empezaron a caminar para encolumnar sus filas en la competencia venidera.
En Villa Mercedes, San Luis, en el predio La Pedrera y con la consigna de «Hay 2019», 4.000 militantes del campo popular discutieron el viernes 16 de marzo el futuro del peronismo.
Salvo el gobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saá; no hubo gobernadores provinciales justicialistas. Sí estuvo el presidente nacional del Partido Justicialista (PJ) José Luis Gioja, el ex gobernador de Chaco Jorge Capitanich, Agustín Rossi -diputado nacional por Santa Fe-, sectores del kirchnerismo como Andrés Larroque, el referente de Nuevo Encuentro Martín Sabatella e intendentes bonaerenses. Algunos militantes de Proyecto Sur encabezados por Mario Cafiero y el secretario general del sindicato de Camioneros Hugo Moyano fueron la novedad en sumarse a este espacio.
No sólo no estuvieron los sectores peronistas más críticos al kirchnerismo como el salteño Juan Urtubey. También faltaron sectores vinculados a Florencio Randazzo y Alberto Fernández y sus aliados del Movimiento Evita, como así también del Frente Renovador liderado por Sergio Massa.
Diferente a lo que ocurrió dos días después en la provincia de Buenos Aires, donde se reunieron -luego de 10 años- 750 militantes en el Congreso del PJ bonaerense y sellaron la unidad. Aprobaron cambiar el estatuto para no permitir la expulsión a los que participaron en otros frentes.
Seguramente para sumar a Felipe Solá, del Frente Renovador y Hugo Moyano -quien se desafilió del PJ en 2011 cuando dijo que era una cáscara vacía- presentes en el congreso, como así también referentes del Movimiento Evita, que en las elecciones de medio término fueron aliados de Randazzo en la fuerza Cumplir.
Por eso en Villa Mercedes y con vistas a las elecciones presidenciales de 2019, el mensaje común fue la unidad del peronismo. “Nos dividieron y nosotros entramos en el juego, le dimos un peronismo dividido en tres. Hoy necesitamos la conformación de un frente patriótico. Tenemos que construir el camino de la unidad», dijo Alberto Rodríguez Saá.
Macri juega
Dos días antes de realizarse el acto en San Luis, el gobierno nacional hizo acuerdos con dos gobernadores peronistas que pegaron el faltazo a La Pedrera.
Macri visitó el 14 de marzo Formosa y recorrió junto al gobernador Gildo Insfrán una planta depuradora de líquidos cloacales. Allí el presidente lo instó a que «adhiera a la ley de ART para terminar con la mafia de los juicios laborales».
El 15 de marzo, el ministro del Interior Rogelio Frigerio, visitó San Juan y anunció frente al gobernador Sergio Uñac que la Nación destinará «más de 15.000 millones de pesos para construir viviendas sociales este año».
Incluso Adolfo Rodríguez Saá, hermano del anfitrión promotor de la unidad peronista contra Macri, se reunió hace 6 días con el jefe de Gabinete Marcos Peña y se sacó una foto con el presidente. El senador de Unidad Justicialista y presidente del PJ San Luis había dicho que «la reunión de la militancia nos divide. En consecuencia el PJ quiere informar, queremos informar, que no somos organizadores, no somos anfitriones, no hemos sido invitados, no participamos de ninguna manera».
UCR es Cambiemos
Mientras Macri tira puentes con gobernadores y dirigentes peronistas, la Alianza UCR Cambiemos también se mueve por dentro.
El 9 de marzo, en Parque Norte en Capital Federal, el Consejo Nacional del PRO se reunió y definió su futuro partidario. Con vistas a 2019, plantearon la necesidad de la reelección de Mauricio Macri. Humberto Schiavoni, jefe del bloque del PRO en el Senado, dijo: «lo natural es que el presidente sea reelecto así como Horacio (Larreta) en la Ciudad y María Eugenia (Vidal) en Provincia».
Además anunciaron la fusión del PRO con el espacio que lidera Patricia Bullrich (Unión Por la Libertad) y presentaron un convenio con la Fundación Konrad Adenauer (KAS), creada por la democracia cristiana alemana.
Entre los presentes estuvo Gerardo Morales, gobernador de Jujuy y dirigente de la UCR. Así, va quedando sellada la alianza de la UCR con Cambiemos.
Al igual que en Villa Giardino, provincia de Córdoba, 8 días después del encuentro del PRO, la cumbre provincial de la UCR ratificó la presencia del partido centenario a Cambiemos y plantearon la necesidad de arrebatarle la gobernación a Unión por Córdoba con un documento crítico a las políticas implementadas por Juan Schiaretti.
«El radicalismo debe ir en busca de Cambiemos y con Cambiemos, en busca de convencer hasta el último cordobés”, dijo el titular del interbloque Cambiemos en Diputados, Mario Negri, quien aspira la gobernación cordobesa.
Relegada queda entonces la posición del hijo del ex presidente Raúl Alfonsín, Ricardo quien planteó que la UCR selle una alianza con otros sectores distintos al PRO. «Creo que la UCR debe tomar la decisión de repensar la política de alianzas. Hoy estamos en un frente que reúne fuerzas que piensan de manera diferente, que se han reunido para competir contra los que piensan igual», dijo el ex diputado quien planteó que la formación de Cambiemos fue «por la República, frente a un eventual triunfo del Frente para la Victoria. Desaparecida esta circunstancia, ¿qué va a hacer la UCR si ya no hay más amenaza?».
Unidad, ¿de quién?
Juan Schiaretti, gobernador de Córdoba, habló sobre la cumbre de la militancia en San Luis y el pedido a la unidad. «El peronismo tiene posibilidades de ganar el año que viene», dijo el mandatario peronista aunque para eso «debe dejar atrás el kirchnerismo», ya que «había expresiones del kirchnerismo y no correspondía que nosotros estuviéramos como peronismo de Córdoba», dijo.
Similar postura tiene el gobernador de Salta, Juan Urtubey quien semanas atrás manifestó: «Más que amontonarnos tenemos que decidir qué hacer, el peronismo debe salir de la receta tradicional, así ganamos en otra época. Y dijo que para él la unidad del partido es «con la sociedad antes que entre dirigentes».
Un año atrás en el país, las movilizaciones masivas contra las políticas de gobierno habían desbordado las calles. Este año la merma de las luchas es un indicador. Tanto que Hugo Yasky, secretario general de la CTA y diputado de Unidad Ciudadana, dijo que «si es para recuperar la iniciativa frente al gobierno que quiere avanzar con la reforma laboral, podríamos volver a la CGT».
Para Walter Correa, referente del sindicato de Obreros Curtidores y diputado de Unidad Ciudadana, la «política está trazando el camino y por eso se está reconfigurando el arco opositor para dar un paso que ya dimos los trabajadores».
Aunque Néstor Segovia, de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro (AGESyP), manifestó que para «unirnos tenemos que tener un punto de confianza. El punto de confianza son los trabajadores».
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