L
a dolarización de la economía argentina y sus consecuencias para la clase trabajadora, fue el eje disparador de la actividad que organizó el pasado miércoles 4, en su sede gremial, el Sindicato de Trabajadores Municipales de Río Cuarto. La exposición estuvo a cargo de Rodolfo Treber, analista económico y trabajador del BCRA.
Treber desarrolló un análisis histórico desde donde abordó la influencia del dólar como patrón de intercambio monetario en la economía nacional, y las políticas públicas que moldearon el esquema actual de participación de commodities nacionales en el mercado mundial.
“El 90% de los productos alimenticios nacionales incorpora en su elaboración elementos importados, incluso las tarifas energéticas del país están basadas en precios internacionales. Desde el año 2012 los argentinos pagamos precios dolarizados permanentemente” señaló Treber enfatizando que el proceso de dolarización existe de hecho y se ha profundizado en las últimos cuatro décadas.
“Fue la destrucción del IAPI (Instituto Argentino de Promoción del Intercambio) a partir del golpe de estado del ´76 lo que dio inicio a la liberalización total del comercio exterior y puso en manos de las exportadoras transnacionales la definición sobre cómo y cuánto vender en el exterior los alimentos y commodities nacionales” indicó el economista.
En el análisis de los factores que favorecen la desregulación de los precios nacionales, Treber señaló la Ley 21.526 de entidades financieras, sancionada en 1977 por el gobierno de facto. La ley liberalizó la actividad de los bancos comerciales, apuntaló los créditos a individuos por sobre los créditos a sectores productivos, permitió el cobro de aranceles por el uso de tarjetas y cuentas bancarias entre otros, y fomentó la inversión en activos financieros, como forma de aumentar los ingresos. En resumidas cuentas, otorgó a las entidades bancarias una enorme capacidad de maniobra y una centralidad en las definiciones macroeconómicas nacionales, por sobre las del propio estado nacional.
Treber señaló que son las empresas que concentran la exportación de productos nacionales –primarios y casi sin agregado de valor en origen- las que reclaman al estado un intercambio de mayor cantidad de pesos por cada dólar exportado. La puja por el tipo de cambio que representan esas exportaciones es la causa principal que pone en agenda la propuesta de dolarización en el país. Propuesta que favorecería a este conglomerado de exportadoras con mayor cantidad de activos en dólares (Cargill, ADM, Cofco, Dreyfus, Bunge, entre otras) pero no al conjunto de bancos nacionales y grupos económicos con mayor cantidad de activos en pesos nacionales.
Respecto a las consecuencias directas que tendría un escenario de dolarización, Treber explicó como la división entre la base monetaria actual del país -calculada en 15 billones de pesos entre dinero circulante más pasivos emitidos- sobre las reservas en dólares -30 mil millones- resultaría en una conversión directa de los ingresos de trabajadores que se verían mermados y reducidos a niveles de indigencia.
“Si queremos iniciar un proceso de valorización del peso, necesitamos empezar un proceso de industrialización. Reactivar los astilleros para desarrollar la flota mercante es una de las decisiones claves que tenemos que tomar para alcanzar la soberanía económica” aseguró el analista económico, y afirmó: “lo que necesitamos es organización política para recuperar los resortes de la economía y el comercio”.
Excelente análisis, buena propuesta.