La Confederación General del Trabajo (CGT) de Córdoba y las dos Central de Trabajadores de la Argentina (CTA-A y CTA-T) rechazaron este lunes “los cobros extorsivos” que clínicas, sanatorios y hospitales privados aplican como abonos extra en la prestación de sus servicios en salud.
Producto de la devaluación de la moneda durante el mes de agosto y el posterior aumento de precios, un conjunto de prestadores anunciaron en un comunicado el pasado 21 de septiembre que el “honorario médico ético mínimo” tenga como piso arancelario federal 6.000 pesos.
Se trata de 33 Asociaciones, Cámaras, Consejos, Federaciones y Sociedades Médicas Autoconvocadas, quienes además resolvieron que la diferencia, entre lo que perciban del sistema de obras sociales y este monto, “deberá ser abonado por el paciente en la consulta”.
Esto viene ocurriendo en el sistema de salud privado, fundamentalmente en consultas de especialidades y diagnóstico médico.
Pero lo que sostienen los trabajadores a cargo de obras sociales sindicales es que esta decisión es un planteo unilateral del mercado de la salud.
No es otra cosa, indicaron las centrales en el comunicado, que cargar sobre los trabajadores “el costo de lo que denominan crisis del sector, sin atender razones más que las de sus propios intereses”.
El rechazo, continuaron las entidades gremiales, es por el “arbitrario y extorsivo cobro de adicionales” ya que salen de los propios “bolsillos de los trabajadores que también viven en la misma realidad y sociedad, donde tienen que sostenerse con su único ingreso que es el salario”.
“Los incrementos en general en todo el sistema de salud (médicos, bioquímicos, prótesis, medicamentos, odontología) son desproporcionados. Están por encima de los índices inflacionarios y son desproporcionados porque las obras sociales no recibimos ese mismo aumento en los ingresos”, señaló Rosana Calneggia, vicepresidenta de la Obra Social de Prensa (OSEPC).
El ingreso de las obras sociales, a diferencia de la medicina prepaga, es únicamente el aporte que realizan los trabajadores asalariados del 3 % de su salario por todo el grupo familiar y los aportes de los monotributistas que rondan los 3.000 pesos por mes.
“No es un coseguro. No es un adicional. No es un copago”, aclararon las distintas prestadoras que le llamaron “bono complementario no reintegrable”.
Más allá de cómo lo llamen, “están cobrando el viejo plus médico de los años noventa”, indicó Calneggia.
Los eslabones
Las 33 entidades prestatarias indicaron que el valor de la consulta médica ha experimentado una “drástica caída situándose como uno de los más bajos de la región”.
Los médicos argentinos perciben por visita de un paciente alrededor de 1.500 pesos, es decir 4,16 dólares al valor oficial. En Chile la consulta alcanza los 15,58 dólares, un 274 % más y en Paraguay 10 dólares, un 140% más.
Estos datos surgen de un reciente informe realizado por la Cámara de Instituciones de Diagnóstico Médico (CADIME) que nuclea 13.000 empresas que emplean, a su vez, a 20.000 médicos, bioquímicos y técnicos de distintas especialidades.
Son las asociaciones de médicos de distintas especialidades las que iniciaron este reclamo. Pero “la mayoría de los médicos no son asalariados de las clínicas, son facturantes de las clínicas”, dijo Calneggia quién agregó: “esa flexibilización laboral no la pueden trasladar a sus pacientes, la tienen que trasladar a los propietarios de las clínicas. No contra las obras sociales. Termina pagando el costo de la salud el último eslabón”.
Otro de los problemas que plantean las 33 prestatarias es el “retraso en el pago de honorarios entre dos y seis meses después de prestar nuestros servicios”.
A lo que las centrales obreras, quienes realizaron un conferencia de prensa este lunes en la sede histórica de la CGT, plantearon que la gran mayoría de las obras sociales sindicales están abonando a 30/45 días las facturaciones.
También las obras sociales “sufren los incrementos constantes de medicamentos y elementos esenciales para la atención de la salud”, indicaron.
Además, las obras sociales sindicales no perciben “la totalidad de los aportes y contribuciones a término existiendo mucha morosidad de las patronales”, que en muchos casos son las que imponen los co-pagos.
Sumado a eso indicaron que en muchos casos, los profesionales “no emiten recibos ni facturas que respalden lo abonado, transformándose también en evasores”.
“Violan los convenios firmados por ellos mismos, que establecen la prohibición de cobrar ningún plus o adicional”, concluyeron.
Mercado libre
En los años noventa, con la desregulación del sistema de salud, irrumpieron las empresas de Medicina Prepaga (MP) ofreciendo paquetes con períodos de carencia, sin contemplar patologías preexistentes y con topes de consumos anuales.
De un sistema completamente público, se pasó a que el 58% de los establecimientos sanitarios sean de empresas privadas, indica un informe realizado por este medio en plena pandemia.
El 72,2% del total de establecimientos son centros de Diagnóstico y Tratamiento sin internación, una actividad de alta inversión en aparatología que, en su mayoría (51,8%), son de propiedad privada.
“Hay un mercado concentrado de la salud, cartelizado, después de la pandemia sobre todo. En el interior de la provincia de Córdoba podemos ver cómo la propiedad de las clínicas y sanatorios están en las mismas manos”, señaló Calneggia.
Calneggia además planteó que para todos los “aduladores del libre mercado, el libre mercado es esto. Los propietarios de la medicina ponen los precios a su antojo y es mentira la competencia”.
Los trabajadores insisten que las obras sociales son un sistema solidario de salud amparados en las leyes N°: 23.660 y N°: 23.661. Es así que “pertenecen al sistema solidario de la atención de salud y no son empresas que obtienen rentabilidad del servicio que brindan”, remarcaron.
Además, piden la urgente intervención del Estado. “No hay una presencia activa de la Superintendencia de Servicios de Salud de la Nación para intervenir en el mercado en estos casos. Estamos haciendo lo que podemos”, concluyó Calneggia.
COMUNICADO DE ASOCIACIONES