Embanderados con la consiga “No al voucher, no al arancel” más de 500 estudiantes universitarios de diversas agrupaciones coparon el pasado 9 de noviembre las escalinatas de la Facultad de Derecho de la UBA. La convocatoria fue lanzada por la Federación Universitaria Argentina, en defensa de la educación pública y gratuita y contra las propuestas en materia educativa presentadas por La Libertad Avanza.
“No todas las agrupaciones que estábamos ahí tenemos posturas iguales frente a las elecciones, algunas dieron libertad de acción, otras llamaron a votar en blanco y otras a votar a Massa, pero hay una consigna puntual y propia del movimiento estudiantil que es “no al arancel” y es nuestra lucha desde que la educación pública es gratuita en Argentina” enfatizó Piera Fernández, Presidenta de la FUA y estudiante de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional de Río Cuarto.
El sistema de vouchers para el acceso a las instituciones educativas en sus distintos niveles, se enmarca dentro de un paradigma educativo conocido globalmente como free choice (elección libre) que se encuentra vigente en países como Holanda desde principios del siglo XIX. La lógica de este sistema se monta sobre dos principios: la “libre” elección de la familia para matricular a sus hijos en la escuela de su predilección, y la competencia entre instituciones para promover la efectividad de aquellos centros educativos que demuestren ser más demandados. Son pocos los países en el mundo donde se sostiene este sistema, siendo Suecia el caso más emblemático. En nueva Zelanda y Holanda hay experiencias con algunas similitudes, mientras que Colombia y Chile son los casos regionales donde persiste este modelo.
Actualmente Suecia está discutiendo la salida del sistema de vouchers, ya que a pesar de la enorme presencia del Estado que implica su implementación, las últimas evaluaciones PISA (Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos de la OCDE) indicaron una caída de los rendimientos académicos. El Banco Mundial también ha desaconsejado este sistema por la profundizando de las desigualdades en aquellos países donde esta implementado y por el cierre de instituciones educativas en que derivó. En Chile este modelo se arrastra desde la dictadura, y aunque ha sufrido variaciones por la resistencia del movimiento estudiantil, ha conseguido que las instituciones de calidad solo sean una opción posible para aquellas familias que pueden pagar el dinero complementario al voucher que entrega el Estado.
La semana pasada, la representante de la FUA tomó la palabra en la comisión de educación de la Cámara de Diputados, donde se debatió una nueva ley de financiamiento educativo que incremente la inversión del 6% al 8% del PBI. Sin embargo, desde la sanción en 2006 de la ley vigente, el porcentaje establecido solo llegó a efectivizarse en dos años: 2013 y 2015.
“Estamos de acuerdo con incrementar la inversión educativa, pero la discusión no pasa por cuántos puntos se asignan del PBI, sino por el cumplimiento de lo que está legislado, y para eso tiene que haber mayor movilización y presión social” dijo la estudiante. “Esa presión tiene que ver con que todos como ciudadanos tengamos la firme convicción de que solo con educación e inversión podemos salir de la crisis que tenemos. Y si no hay un ejercicio colectivo de reclamo no vamos a garantizarlo, porque dudo de que haya una decisión política real del gobierno que venga de invertir en materia educativa” advirtió la dirigente.
Respecto a la situación actual de la lucha de los estudiantes en Argentina, Fernández señaló: “Tiene que haber un movimiento estudiantil bien parado y firme que pueda hacer planteos políticos que trasciendan al partido que está en el gobierno, la foto que construimos el jueves es un hecho que hacía décadas no podíamos concretar, esto es un avance”. “Tuvimos un movimiento estudiantil muy golpeado por la pandemia pero que también estuvo en la última década muy atado a la coyuntura electoral y a las posiciones políticas del gobierno de turno. Con la inflación y devaluación que tenemos, más el estado de los salarios docentes y el retraso de 4 meses en las partidas presupuestarias, hay sectores que frente a otros gobiernos hoy hubieran propuesto tomar las universidades”.
En cuanto a las experiencias de organización y lucha del movimiento estudiantil en el resto del mundo, la dirigente de la Federación Universitaria señaló: “Existe cierta capacidad de movilización que se activa al instante cuando aparece un ataque, un riesgo o una consigna que nos unifica de manera amplia, el estallido en algún momento sucede, como fue en la reforma universitaria argentina, o en Brasil contra el gobierno de Bolsonaro durante 4 años seguidos, o en Chile en 2018. Hoy existen condiciones para generar movilización”.