E
l secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, estuvo este miércoles en EEUU presionando por una nueva ampliación de fondos públicos para proveer armamentos al ejército ucraniano. El nuevo paquete presupuestario para Seguridad Nacional, que incluye 60.000 millones de dólares para Ucrania, 14.100 millones para Israel y 20.300 millones para la crisis en la frontera con México, está siendo tratado en el parlamento con objeciones del Partido Republicano.
“Es vital que el Congreso acuerde seguir apoyando a Ucrania” porque una victoria rusa “nos debilitaría y envalentonaría no sólo a Rusia, sino también a China, Irán y Corea del Norte”, dijo el noruego en una conferencia de prensa conjunta con el responsable de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan.
Por su parte, para Sullivan “no hay otra alternativa más que EEUU proporcione un nivel de recursos que permita a Ucrania tener la artillería, los sistemas de defensa aérea y otras capacidades que necesita”.
En una entrevista concedida la semana pasada al periódico Washington Examiner, Stoltenberg afirmó que “Ucrania es un buen negocio para EEUU”.
Explicó que la mayor parte del dinero que Washington proporciona a Kiev “se invierte aquí comprando equipos estadounidenses que enviamos a Ucrania”. También detalló que desde el inicio de la operación especial rusa, los aportes de EEUU en relación a su PBI habían sido menores que los de otros países de la Alianza.
Los nuevos fondos que pide el gobierno de Biden cierran por todos lados: “hace que estemos más seguros y que la industria de defensa estadounidense sea más fuerte”, concluyó.