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lama más la atención, no tanto los diputados o senadores que pretenden avanzar con el DNU y la Ley Ómnibus, sino quiénes votan en contra. No por su decisión particular, sino por los argumentos utilizados.
Muchos son de forma, de procedimiento, de constitucionalidad. Pero falta en los debates el fondo: lo concreto, particular y material de estas medidas.
No es grave que cierren la agencia pública Télam sin pasar por el Congreso. Lo grave es que la cierren.
Es grave la inconstitucionalidad del DNU, pero ¿por qué motivo? ¿Se cumplen, por caso, los derechos colectivos escritos en el artículo 14 bis?
Y más grave aún es como se mimetiza la propia militancia y dirigencia sindical con esta lógica. Para hacer un paro o no, algunos militantes difunden encuestas de imagen del gobierno y dicen que es “cortoplacismo” luchar.
Uno de cada dos ya es pobre. A las universidades públicas, con este presupuesto, no les queda resto. Los despidos y el desguace del Estado son profundos. Y a las paritarias acordadas, el gobierno ni las homologa.
¿Qué hay que esperar para un paro general? Capaz la única encuesta que tenemos que hacer es que el mango no alcanza y así no podemos seguir.