En 1994, cuando el atentado de la AMIA, el Congreso se reunió de urgencia para aprobar el ingreso de tropas extranjeras que en 12 horas estaban socorriendo revolviendo los escombros y socorriendo las víctimas. Esta vez no sucedió así. ¿Por qué?
Antes que los organismos nacionales, sean ministerios o la oficialidad militar, la propia embajada de EEUU dio a conocer el 18 de noviembre en su cuenta de Twitter el arribo de su equipo y su personal. La información fue propalada luego por los medios de comunicación argentinos.
Ayer, por caso, Clarín cita al Ministerio de Defensa de Londres quien informa que el avión RAF Voyager, con tres toneladas de equipo, se suma a las labores del buque de patrulla HMS Protector, de la Royal Navy (Marina), que ya estaba en el Mar Argentino desde el domingo. Desde la Guerra de Malvinas, es la primera vez que un avión británico aterriza aquí.
Ayer también, La Nación informa que el avión norteamericana P-8A Poseidón detectó un objeto en la región en la que el submarino hizo su último contacto. Pero lo informa por intermedio de la agencia de noticias Reuters, «que se comunicó con un testigo que se encuentra en el avión».
Ni el presidente ni los mandos de la Marina emitieron comunicados oficiales. Solo el vocero Enrique Balbi es quien aparece frente a los familiares y a las cámaras. La última vez fue para confirmar que el miércoles 15, día en que se perdió el contacto con el navío, «se recibió una información sobre un evento anómalo, singular, corto, violento y no nuclear, consistente con una explosión».
“No tengo ninguna evidencia que pueda confirmar un ataque, -agregó-. Tenemos que saber cuál fue la causa que produjo, en ese lugar y en esa fecha, un evento de esas características”.
La mención vale pues hay dos hipótesis de este tipo dando vueltas: ejercicios navales de EEUU y Gran Bretaña en la zona y, la otra, ejercicios navales con US Navy que no fueron aprobados por el Congreso pero que igualmente se estarían realizando y el San Juan sería parte.
En cualquiera de los casos, el poco tiempo que demoraron los navíos internacionales en hacerse presentes para ayudar, confirma que ya andaban por allí.
Ejercicios
En septiembre pasado, el Senado había dado luz verde al «Cormorán», nombre del entrenamiento conjunto a realizarse en la base Almirante Zar ubicada en Trelew, entre la Armada, la Marina y tropas norteamericanas, durante ese mismo mes y hasta octubre.
El proyecto de ley 308/17 venía del Poder Ejecutivo y había ingresado al Senado el 28 de agosto. “El presente ejercicio está fundamentado en una carta elevada por el Agregado Naval de la Armada de los EEUU, en enero del año 2017, a la Armada Argentina ofreciendo traer al país dos aviones P-3 C Orion con la finalidad del intercambio de experiencias”, se lee en el texto.
«Macri nos solicitó se autorice el ingreso de unidades de la Armada estadounidenses, para realizar un ejercicio conjunto en nuestra Patagonia», explicó entonces la senadora nacional por Río Negro, Magdalena Odarda, enrolada en las filas del oficialismo CC-ARI. Pero, «la soberanía hay que defenderla en todas sus formas», explicó también luego de votar en forma negativa junto con la chaqueña María Inés Pilatti Vergara, del Frente para la Victoria.
En Diputados no había siquiera pasado por la Comisión de Defensa que preside la ex ministra de la cartera, Nilda Garré. Aunque el gobierno pretendía pasarlo directamente a votación, finalmente fue frenado.
Fue el Pentágono quien informó al Ministerio de Defensa que daba de baja el Ejercicio Cormorán porque los plazos acordados estaban vencidos.
Sin embargo, el 5 de octubre la US Navy lo concretó en aguas del Pacífico, junto con la Armada chilena. Fue el operativo de simulacro de rescate submarino «Chilemar VII», el primero de ese tipo que se desarrollaba en Sudamérica. Ambas fuerzas se aspotaron ahora en la búsqueda del ARA San Juan.
Plataforma
Si el anuncio de Balbi fuese el correcto, el lugar donde ocurrió la «falla hidroacustica» fue frente al golfo San Jorge, a 430 kilómetros la costa, sobre el talud que hace de límite a plataforma submarina. O mejor dicho, a la vieja plataforma.
El portal marpaltense TVMundus abona la hipótesis de que «el accidente con un misil norteamericano» ocurrió también sobre el talud pero más al norte, a la altura de la Penísula de Valdez, donde en verdad se estarían realizando las búsquedas.
En marzo de 2016, la Convención sobre Derechos del Mar (CONVEMAR) de Naciones Unidas (ONU) aprobó por unanimidad la incorporación de 1,78 millones de kilómetros cuadrados a la geografía nacional, porción que equivale al 48% de la superficie seca.
El trabajo comenzó en 1997, por medio del Comité sobre Límites Externos de la Plataforma (COPLA) un organismo de la Cancillería integrado por diplomáticos, científicos oficiales, suboficiales y marineros de la Armada. Si hasta el 13 de marzo la CONVEMAR no recibía reclamos, el territorio pasaría a ser patrimonio de la humanidad y para la explotación futura de esos recursos habría que pedir autorización y pagar.Malvinas militarizada
El ARA San Juan estaba entonces, dentro de la nueva plataforma submarina que es un 35% más grande que la anterior, zona dentro de la que se ubican las Islas del Atlántico Sur (entre ellas Las Malvinas) pertenecientes a la provincia de Tierra del Fuego.
El diario londinense Daily Mail confirmó este miércoles la compra del sistema antimisiles Sky Sabre para proteger las Islas Malvinas contra cohetes de corto alcance y proyectiles de artillería. El Ministerio de Defensa británico gastó 103,3 millones de dólares por este escudo que ya utiliza Israel. Lo había anunciado a fines de 2016.
A mediados del año pasado el gobierno británico había dado un giro. Por primera vez designaba un militar como gobernador de una de sus Colonias. Nigel Phillips, que proviene de las Fuerzas Armadas y que trabajó como Agregado de Defensa en varias embajadas británicas, asumió finalmente en septiembre.
En 2009 fue modificada la primera constitución británica de las Islas que data de 1985. El Gobernador pasó a tener desde entonces la facultad de actuar «en contra de la opinión del Consejo Ejecutivo invocando razones de buen gobierno o algún tipo de perjuicio a los asuntos externos, defensa, seguridad interna, administración de justicia, cargos y servicios públicos», explicó el ex vicecanciller argentino Roberto García Moritán.
Antártida
Antes de abandonar el barco de la UCR-Cambiemos, la por entonces canciller Susana Malcorra visitó la Base Carlini, una de las estaciones permanentes de la Argentina en la isla 25 de Mayo, en la Antártida. Allí funciona el Laboratorio Dallmann, dedicado a la investigación de biología y ciencias de la tierra y que es operado desde 1994 entre el Instituto Alfred Wegener de Alemania y el Instituto Antártico Argentino.
Desde allí, el 13 de enero de 2017, Malcorra declaró que «El valor que tiene el Tratado Antártico (TA, firmado por 12 países en 1959) es que ha congelado la situación y alienta la cooperación y el trabajo en el ambiente científico, con el compromiso de la no militarización de la zona, diciendo que esto no significa que nadie ceda en lo que considera sus derechos».
Señaló también respecto de los recursos naturales, el continente blanco «es una riqueza cuyo potencial no está totalmente definido pero seguramente es muy alto» y que «es muy importante asegurarnos de que se maneja de una manera en que no afecte el ecosistema».
Cuatro días después, en la ciudad de Santiago, el Reino Unido y Chile firmaban su Declaración sobre Cooperación Antática 2017-2022, en la que acuerdan presentar iniciativas conjuntas en las Reuniones Consultivas del TA, aumentar la colaboración en proyectos conjuntos, de intercambio de investigación y de expediciones antárticas.
«La buena gobernanza del Océano Austral -dice el acuerdo- es una prioridad para Chile y el Reino Unido» y reconocen, igual que Malcorra que «el Tratado ha mantenido a la Atantártida libre de conflicto por más de medio siglo».
El 28 de agosto, en las páginas del diario La Nación, la Subsecretaría de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, que depende de la Cancillería argentina, anticipó que ultima detalles para la firma un convenio de cooperación científica con Londres para potenciar el trabajo conjunto en la Antártida. Está «muy avanzado», «se está buscando la ocasión para firmarlo», anuncián sin nombrar funcionario alguno.
La cuestión de la Antártida apunta a la porción que heredará cada país una vez vencido el TA. En 2012, los británicos decidieron denominar «Tierra de la Reina Isabel» a un territorio de la Antártida completamente superpuesto con el que Argentina reclama desde 1904.
Los 44
¿Son 44? Tampoco hay una lista oficial emitida por la superioridad de la fuerza. Cuando el San Juan hizo escala en Ushuaia, uno de sus tripulantes fue reemplazado por otro, informó Cadena 3.
«Nos están haciendo pasar un papelón frente al mundo y frente a los propios argentinos», dijo en un repetido off-the-record un agente la Fuerza Aerea local, tratando de correr el telón de informaciones cruzadas, incertidumbre y especulaciones. Los 44, son 44 argentinos que estaban cumpliendo una tarea asignada por la superioridad y es la superioridad la que tiene que dar la cara, no un vocero».
¿Algo más pasa entonces?, se le preguntó. El desmantelamiento, el abandono y la burla contra las FFAA es de largo aliento. Ni de un gobierno ni de otro, sino de todos desde que en 1955 bombardearon Plaza de Mayo y una casta se hizo con el poder militar, dijo. Tan es así, «que cuando el atentado en Francia todos éramos Charlie Ebdo, con Nisman, con Maldonado, todos salieron a reclamar. Ahora hay 44 argentinos sin paradero y nadie dice nada».
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