E
l deterioro de los derechos laborales es mundial. En algunas regiones, nunca llegaron a emparejarse con los del moderno Estado de Bienestar. En la última década Europa y América presentan el retroceso mayor. En Francia, por caso, el 25% de las actualizaciones salariales fueron aplicados unilateralmente por empleadores. Son conclusiones de la Confederación Sindical Internacional (CSI) sobre el Índice Global de los Derechos de este año.
El relevamiento 2025, realizado en 151 países entre abril y mayo, muestra que en el 87% de los países se ha vulnerado el derecho de huelga, en el 80% el de negociación colectiva y 72% el de acceso a la justicia.
El mapa pinta “un ataque concertado y sostenido por parte de autoridades estatales y de empresas en contra de los derechos y el bienestar de los trabajadores y las trabajadoras”, señala la CSI y califica la situación como “un golpe de estado a la democracia”.
En uno de cada tres países del mundo la vulneración es total. La calificación va de 1 a 5, según los conflictos sean esporádicos o no haya estado alguno de derecho, y se construye a partir de 97 indicadores derivados de los Convenios Colectivos y la jurisprudencia de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
La peor región en términos de derechos laborales sigue siendo Oriente Medio y Norte de África: 4,68 en promedio. Lo que se vive en Europa y en América es un retroceso sin pausa. En 2025, el indice fue 2,78 y 3,68 respectivamente. En 2014, promedió 1,84 y 3,36.
El relevamiento muestra que en casi tres cuartas partes de los países europeos el derecho de huelga fue vulnerado, en casi un tercio han detenido o encarcelado a traba-jadores y en más de la mitad se restringió el acceso a la justicia. Los gobiernos de Bélgica, Finlandia y Francia han seguido reprimiendo las huelgas. Los gobiernos de Albania, Hungría, Moldavia, Montenegro y Reino Unido han ampliando la definición de “servicios esenciales”.

Para el secretario general de la Confederación, el belga Luc Triangle, se trata del colapso de los derechos de los y las trabajadoras. Los datos “exponen la traición al sistema establecido después de la Segunda Guerra Mundial, basado en la democracia, los derechos sindicales y la justicia”, dijo y apuntó que con desregulaciones y políticas neoliberales, los gobiernos han colaborado para que así sea.
Ya lo decía el año pasado con el relevamiento 2024 en mano: son los gobiernos quienes los están demoliendo, “no se está respondiendo a los reiterados planteos de mejorar las condiciones de vida y el salario” y así “la fe de los trabajadores en la democracia se está desmoronando”.
Entonces, la periodista francesa Matine Orange afirmaba ya que “más de la mitad de la población europea está convencida de que las nuevas generaciones tendrán un nivel de vida inferior al suyo”.
La CSI proyecta ahora que bajo esta tendencia en diez años no quedará ni un solo país en el mundo con una calificación mínima, donde los conflictos son esporádicos sobre la base de una garantía completa de derechos laborales.
Solo tres países han mejorado su medición respecto a 2024: Australia (de 3 a 2), México (de 4 a 3) y Omán (4 a 3). Y siete empeoraron en este último año. En América: Argentina, Costa Rica y Panamá (de 3 a 4). En Europa, Georgia (de 3 a 4) e Italia (de 1 a 2). En Africa: Mauritania (5), Níger (4).