L
a universidad argentina transcurre por uno de sus peores momentos en relación a su presupuesto para funcionamiento y al salario de sus trabajadores, a la par de que se impulsan reformas educativas que, según algunos sectores, vienen a coronar lo que no pudo hacer la Ley de Educación Superior menemista.
El ajuste impulsado por el Gobierno nacional, que significa un presupuesto igual al de 2023, repercute directamente en la población estudiantil, y si bien varía según los territorios, se asienta sobre la base de algunos puntos comunes: el congelamiento de becas; el aumento del costo de vida y del transporte; la necesidad de trabajar y estudiar, entre otros.
En este marco, los estudiantes de la UNRC desarrollaron en las últimas semanas acciones que ponen el eje en la subsistencia en la universidad. En el campus, realizaron “choris al costo”, con un precio de 1.200 pesos para la venta al público. La acción buscó contrastar con los 1.970 pesos que vale el menú estudiantil en el comedor universitario.
En la actividad también repartieron volantes con datos sobre la baja en la producción de raciones diarias, que pasó de 1200 a unos 650. “La universidad abandonó el sostenimiento al menú, una política histórica de Bienestar”, dice el volante, en referencia a que la UNRC ya no aporta una parte del valor del menú como lo hacía desde hace más de 20 años: ahora se cobra directamente el costo de los insumos, con actualizaciones automáticas.
Sumado a esto, desde el área de Bienestar se lanzó una encuesta que indaga sobre datos socioeconómicos para ponderar la “necesidad” de acceder al menú, ante lo cual se da la opción de una ‘beca de comedor’ destinada a alumnos que acrediten bajos recursos y que así lo requieran. Esto, según los estudiantes de la Asamblea, configura un intento de “achicar la política del menú, hacerla particular”, dejar su carácter universal.
También se pudo ver en el campus y en el acto por la Ley de Financiamiento (realizado en la Plaza Roca hace dos semana) un reclamo que vienen llevando a cabo los estudiantes, como es el monto de las becas. Se reclama por la beca PROGRESAR, que hoy se ubica en 35 mil pesos, congelada por el Gobierno desde 2023, y por la beca de ayuda económica de la UNRC, en 80 mil pesos, la mitad de una canasta básica alimentaria individual.
En asamblea, los estudiantes también ratificaron que seguirán impulsando para que el Boleto Educativo, otorgado por el gobierno provincial, pueda usarse todo el año.
Reforma académica y ‘SACAU’
En contraste con este panorama respecto al acceso, apareció en el debate una reforma académica que fuera aprobada en 2023 y que ahora comienza su aplicación por el Ministerio de Capital Humano: el Sistema Argentino de Créditos Académicos Universitarios (SACAU). La misma implica cambiar la forma en que se cuentan las horas de cursado, pensar un sistema de saberes apuntado a la ‘internacionalización’ e implementar las modalidades híbridas de cursado que pueden representar un alto porcentaje dentro de la carga por materia, entre otras modificaciones.
Estos lineamientos se encuentran en el ‘Plan Nueva Universidad Argentina’, ante la cual sectores estudiantiles y docentes manifestaron dudas y desacuerdo, en un contexto donde “no se puede avanzar con estos cambios si hoy no están dadas las condiciones para sostenerse en la universidad ni los salarios docentes dignos”. Se toma a este programa como continuidad de varios aspectos de la Ley de Educación Superior (LES) menemista, que fue resistida en todo el país con tomas y protestas de todo tipo.