E
sta semana el gobierno de Alemania publicó un comunicado oficial manifestando su apoyo a la pronta aprobación del Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea y el Mercosur. También se compromete a seguir “presionando intensamente a los Estados miembro de la Unión Europea para que aprueben la firma del acuerdo por parte de la UE, de modo que se alcance la mayoría calificada necesaria”.
Las pymes orientadas a la exportación, dice el gobierno germano, “obtendrán un mejor acceso a un mercado de más de 260 millones de personas hasta ahora relativamente poco desarrollado”. Otro de los beneficios que destaca es la quita de aranceles a la exportación de vehículos y textiles; mientras que señala los permisos para importar carne, azúcar y arroz desde Sudamérica.
El próximo martes 16 el Europarlamento –con sede en Bruselas (Bélgica)– deberá definir la aprobación o no del acuerdo. El gobierno presidido por Friedrich Merz mantiene su postura desde su asunción en mayo, que es la misma de la conducción de la Unión Europea, con Úrsula von der Leyen a la cabeza, quien celebró el avance que hubo en diciembre de 2024 durante su reunión en Uruguay con el grupo de países integrantes del Mercosur. Sin embargo, los productores de la mayoría de los 27 Estados que integran la UE han realizado protestas durante casi cuatro años consecutivos contra la aprobación de este acuerdo y otras demandas del sector.
Particularmente sobre el TLC, los productores franceses, austríacos y belgas han impulsado contundentes movilizaciones en sus territorios y también durante reuniones en el Europarlamento. De conjunto, los sectores de poca o mucha escala coinciden en la necesidad de proteger ciertos productos, activar líneas de financiamiento e igualar las normas sanitarias y medioambientales de las importaciones sudamericanas. Pero, en caso de abrirse los mercados, serían los productores de escala familiar, local y regional quienes sucumbirían ante los bajos precios de los insumos importados.
La organización Vía Campesina nuevamente sentó su rechazo al acuerdo en un comunicado titulado “El acuerdo UE-Mercosur es una traición a los agricultores, trabajadores, consumidores europeos y al medio ambiente”. Denuncian “dumping ambiental y social”, pérdida de confianza de los consumidores europeos en sus productos alimenticios y pérdida de mercado para los productores locales. Sobre las ‘salvaguardas’ para determinados productos que ingresen a Europa, el comunicado denuncia que “la inclusión de un ‘mecanismo de reequilibrio’ único demuestra la incapacidad de la UE para defender sus propios estándares en este acuerdo y nos hace temer por el futuro, ya que pone en peligro su agricultura, sus estándares laborales, su política climática y su soberanía”. Particularmente apuntan contra la producción de etanol en Brasil: “los productores del Mercosur a menudo operan sin las mismas estrictas salvaguardas en cuanto a normas laborales, deforestación y uso de pesticidas (por ejemplo, más de 30 sustancias activas aprobadas en Brasil para su uso en caña de azúcar están prohibidas en la UE para su uso en remolacha azucarera, y el 52% de las sustancias aprobadas para maíz no están aprobadas en la UE”, denuncian las diez organizaciones que adhieren al comunicado (AVEC – Asociación de Procesadores y Comercio Avícola en los países de la UE; CEFS – Asociación Europea de Fabricantes de Azúcar; CEPM – Confederación Europea de Producción de Maíz; CIBE – Confederación Internacional de Productores Europeos de Remolacha; COPA-COGECA – La voz unida de los agricultores y sus cooperativas en la Unión Europea; ECVC – Coordinación Europea Via Campesina – Somos la voz colectiva de los campesinos en Europa; EFFAT – Federación Europea de Sindicatos de la Alimentación, la Agricultura y el Turismo; ePURE – Asociación Europea de Etanol Renovable; iEthanol – Asociación Europea de Etanol Industrial y de Bebidas; SELMA – La Asociación Europea de Ganadería y Carne Sostenible).
En relación a la mentada ‘salvaguarda’, el portavoz del gobierno galo, Maud Bregeon, celebró su reciente aprobación, lo que representa un guiño de cara a la votación de la semana próxima. No obstante, volvió a insistir en que Francia no está sola y agregó que se trata de un “combate justo, un combate de equilibrio, un combate por nuestra salud, por nuestra soberanía agrícola y alimentaria”. Algunos de los 23 productos declarados como sensibles son: carne vacuna, bovina y porcina fresca, carnes congeladas, biodiésel, etanol, azúcar, huevos y ron.
Un actor del sector con mucho peso es la Confederación General de Agricultura Italiana (Confagricoltura), coincide con las consecuencias medioambientales y de bienestar animal, y señala la “divergencia de estándares de producción europeos y del Mercosur”. Su presidente, Massimiliano Giansanti, durante una visita a Brasil con el Comisionado Europeo, criticó las condiciones de los productos: “Aquí en San Pablo, visitando mercados estos días, hemos visto cómo en Italia el modelo de venta de productos sería completamente ilegal: queso vendido fuera de la zona refrigerada, en muchos lugares sin envasado al vacío”, cuestionó el líder agrario. “Sectores que ya se encuentran bajo presión debido a acuerdos como el de Ucrania o posibles acuerdos como los que se están llevando a cabo con India y Tailandia -en particular el azúcar, la carne de ave, el arroz y la carne de vacuno- sufrirán aún más tensiones en un mercado ya condicionado por acuerdos anteriores y futuros”, agregó Giansanti. A pesar de estas duras críticas al mercado brasileño, Confagricoltura apoya por debajo la firma del acuerdo y respalda en esta decisión al gobierno de Giorgia Meloni.
Mercosur: los grandes festejan y apuran la aprobación
Los sectores agrarios de Brasil, blanco de los ataques generales del agro europeo e impulsor del acuerdo desde el minuto cero, mantienen altas expectativas por la quita de aranceles y la escala del mercado que se abre. También la semana próxima, el sábado 20, los líderes del bloque se darán cita en la ciudad de Foz de Iguazú, para ratificar el TLC.
La Confederación Nacional de la Agricultura (CNA) de Brasil ha manifestado el respaldo a este vínculo comercial y también ha quitado relevancia a los debates dentro de la UE: “Entendemos que es una medida para acelerar (la aprobación del acuerdo), para garantizar que se firme el día 20. Sabemos que la mayor resistencia es el miedo de un aumento de la importación de productos agropecuarios”, dijo Sueme Mori, directora de Relaciones Internacionales de la CNA.
En un manifiesto publicado este martes, la Federación de las Asociaciones Rurales del Mercosur respaldó la aprobación y puesta en vigencia de las exportaciones, destacando que “un 95% del mercado de la UE quedará libre de aranceles”, permitiendo el crecimiento de la producción, el empleo y la renta. Además, y contradiciendo las críticas de sus pares europeos, la FARM ve como positiva la paulatina adopción de determinadas normas para la producción sostenible, al tiempo que “consolida al Mercosur como actor estratégico en el escenario internacional”. El manifiesto lleva la firma de Sociedad Rural Brasileña, Confederación de la Agricultura y Ganadería de Brasil, Asociación Rural del Paraguay, Asociación Rural del Uruguay, Federación Rural del Uruguay, Confederaciones Rurales Argentinas, Sociedad Rural Argentina y Sociedad Nacional de Agricultura de Chile.
