Jorge Familiar, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, reconoció que hay «un debate en el mundo sobre el impacto que la tecnología, la robótica y la inteligencia artificial tendrán sobre el trabajo» frente a lo cual auspició buenas noticias: «la adopción de la tecnología ha tenido un efecto positivo sobre la productividad y el empleo, creando oportunidades tanto para los iniciados como para los de bajas habilidades», destacó.
Lo dice sobre la base de los números que arroja el informe «Los empleos del mañana»: en el sector manufacturero de Argentina, la inversión en Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) entre 2010 y 2012 llevó a un crecimiento del 33% entre los empleos de mayor habilidad y del 27% para los de menor calificación.
El informe también aclara que «la producción puede aumentar lo suficiente como para multiplicar el número de empleos» para todas las tareas y tipos de habilidades, siempre que el contenido de la tarea poco especializada siga siendo un complemento de las nuevas tecnologías y que las ocupaciones relacionadas no sean predominantemente automatizadas y reemplazadas por máquinas».
«Al incrementar la productividad de la empresa, las tecnologías adoptadas favorecen la reducción de los costos variables y de los precios de los productos, lo que genera un efecto expansionista en relación con la producción», dice también el BM.
El estudio, además, aconseja cómo asegurar que las empresas tengan acceso a las TIC: eliminando aranceles elevados que encarecen la compra de dispositivos, brindar incentivos a estas compañías para hacerlo y poner fin a impuestos distorsivos y subsidios ineficaces.
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