Casi todos los medios del país celebraron la superación del supermartes, que nos llevó de la angustia previsible a la calma previsible.
La angustia previsible se deriva de la vulnerabilidad financiera del proyecto económico del gobierno del Cambio, curiosamente enfatizada en varios medios
indepe-oficialistas.
La calma llegó de la mano de unos fondos de inversión que, con la compra de 3.000 millones de dólares en BOTEs, nos permitieron volver a navegar en agua mansa.
Según cuenta el Financial Time «(El fondo de inversiones) Franklin Templeton compra 2.250 millones de pesos en bonos argentinos.
Esta inyección de efectivo es vista como voto de confianza en Argentina después de la caída de la moneda».
La actitud heroica del Templeton le implicó afectar en esta operación el 0,299 por ciento de los fondos que maneja.
El otro generoso fondo, BlackRock, el mas grande del mundo, supongamos que puso el total restante, 750 millones de dólares, lo que le ha demandado arriesgar el 0,012 por ciento de los recursos que administra.
De esto concluyo que «Parecer lindo es ser grandote», y me pregunto ¿será bueno que el grandote sea el que nos salve?
+ LO DIJO
> Jorge Hernández
Economista. Docente UNRC.
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Situación financiera nacional, posturas locales.