Boris Johnson, ministro de Asuntos Exteriores de Reino Unido, pidió el sábado que debe concretarse la salida de su país de la Unión Europea, votado por el 54,4% de la ciudadanía en una consulta realizada en 2016.
Al día siguiente, unas 100 mil personas provenientes de distintos puntos del país marcharon por la calles de Londres, en contra del Brexit y exigiendo un acuerdo con Bruselas que mantenga el máximo nivel de vínculo con sus ex socios europeos. También, plantean la posibilidad de un nuevo referendo.
John Bercow, presidente de la Cámara de los Comunes informó que la Reina Isabel II dio su asentimiento a la ley que establece lineamientos para salida de la UE. El documento de ley fue presentado por la ministro Theresa May en julio de este año y fue tratado por el parlamento la semana pasada. La ley de Brexit fija la fecha de salida para el 29 de marzo de 2019, y exige la garantía de normal funcionamiento del Reino Unido una vez que abandone la UE.
Para revertirlo, el magnate George Soros y su fundación Open Society han impulsado campañas y debates hasta dentro del sector conservador de la premier Theresa May.
En enero presentaron, ante posibles donantes, la hoja de ruta a seguir para «despertar al país». Allí se incluyen «concentraciones masivas y eventos con enfoque de juventud» y diferentes «tácticas de guerrilla de marketing». El objetivo es crear suficiente presión para que los legisladores voten en contra de la ley de salida que proponga el ejecutivo.
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