La especulación financiera no es solo el patrón económico de acumulación vigente en la actualidad. Es, más bien, lo socialmente principal que subordina y ordena el conjunto. Por ello es dominante. Y está tan presente, que muchos lo internalizan de manera que parecen sus promotores. El intendente de Río Cuarto Juan Manuel Llamosas, quien cumplió dos años de su asunción, no parece salirse del libreto. De uno que le da lo suficientemente para calificar en el mercado de la política, pero muy lejos de poder resolver estructuralmente los problemas de la ciudad. Por eso relativiza el rol de tomar deuda y hasta habla de la calificación que obtiene la ciudad, cuando la misma está sumergida en el contexto general que ponen los grandes jugadores globales del mercado financiero. ¿Hay diferencias entonces, cuando el presidente Mauricio Macri, hace poco celebrara el acuerdo con el FMI y la calificación de Argentina como Mercado Emergente? El propio mandatario local expresa también las dificultades que tendrá que afrontar la ciudad -en definitiva sus habitantes- pero no arriesga nada diferente que pueda transformar -cuestionar- la matriz del problema. Tan es así, que enumera la seguridad, el desempleo y la infraestructura como los problemas de los vecinos. ¿Cómo conoce dichos problemas? Llega ahí por medio de las encuestas. Nuevamente, el mercado de la política ordena hasta las prioridades y da fin a quien quiera -como estadista- pensar, diseñar, proyectar una comunidad, una sociedad, una ciudad, un territorio. Es la volatilidad de los activos financieros: me muevo rápido y voy donde menos riesgo tenga, a cambio de nada. En eso se ha convertido la política, que aparece como gamas diferentes de una misma paleta de color.