Disciplinar cuerpos en desfiles, prohibir el arte callejero, agudizar los métodos represivos, etc. Todo lo que pertenezca al caudal subjetivo, al orden del deseo puesto en marcha para la construcción de proyectos vitales es subversivo en tiempos de neocolonización. Nuestra respuesta por lo tanto no puede estar teñida de dogmatismo, fragmentando el pensamiento como si fueran islotes en contradicción una lucha y las otras. La unidad no sólo es entre fuerzas del campo popular desde la condición de pares del flagelo neoliberal, sino que además debe producirse esta unidad al tiempo que se da la disputa de sentido y esto exige capacidad dialéctica de nuestro propio pensamiento revolucionario. Si se cree que un emergente como la legalización del aborto no tributa a la lucha antimperialista o que movilizarse contra los tarifazos es independiente de los conflictos como trabajadorxs, o que la persecución a toda expresión callejera, ya sea artistas o puesteros no responden al control territorial de lo público como extensión del control social, pues estamos empantanadxs en una lógica dogmática que nos impide actuar sobre la realidad. Hay que articular el pensamiento y articularlo en un proyecto colectivo con plan de acción inmediato. No hay más tiempo para especulaciones, «El tiempo de la revolución es ahora» decía Lohana Berkins y lo hacía para ponernos a marchar con manos a la obra.
> SOLANA LOPEZ, SECRETARIA GENERAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CÓRDOBA
Clara y concisa, como siempre, gracias ✌️
Gri