La Federación Agraria Argentina (FAA) nuclea a pequeños y medianos productores de todo el país. Fue fundada con el grito de Alcorta en 1912 para defender los intereses de los colonos arrendatarios frente a los abusos de los latifundistas. Hoy, son parte de espacios multisectoriales contra el «desguace» de las áreas del Estado vinculadas a la pequeña producción agropecuaria. Piden por políticas específicas para el sector de la Agricultura Familiar. El 5 de septiembre realizarán un «semillazo» frente al Congreso de la Nación.
– ¿La FAA reclama cambios en la política agropecuaria?
– Hace un año que venimos trabajando con más de 20 organizaciones de la Agricultura Familiar. Con ellas demandamos políticas públicas diferenciadas para pequeños y medianos productores y agricultores familiares donde se incluyen a los miles de pequeños chacareros, campesinos y pymes agropecuarias que no tenemos cabida dentro de este modelo que solo a gran escala es rentable. Los pequeños somos expulsados del sistema comercial, impositivo, jubilatorio, de seguridad social. El modelo actual nos deja fuera del aparato productivo.
«Los Sectores productivos somos aliados de los sectores trabajadores»
– ¿Cómo analiza las demandas del FMI al gobierno?
– Estamos seguros, por todo lo pasado, que con el FMI los trabajadores, las PyMES industriales, comerciales y agropecuarias no hemos tenido buenas experiencias. En la actualidad, si es por mandato del FMI algunas acciones que lleva adelante el gobierno, sería mucho más grave aún. Lo que ha decidido el gobierno es el desguace del Estado y en eso la Agricultura Familiar está viviendo un desguace de la SAF, del INTA, SENASA, despidos de técnicos. Todas esas son herramientas que tenemos los productores para el aporte técnico y la producción. Cada técnico que desaparece en la Agricultura Familiar, es un técnico menos que tenemos los pequeños y mediano productores para asistencia, para mejorar la competitividad.
«Ahora se orienta todo a los grandes agricultores, haciendo que los consumidores argentinos paguen cada vez más caros los alimentos y dejando a los pequeños tendidos»
– ¿La FAA está revisando sus alianzas del último tiempo?
– Las banderas históricas de la Federación Agraria son con el movimiento trabajador, con la clase trabajadora, con las PyMEs, los movimientos sociales. Esa alianza estratégica fue la que le dio nacimiento en 1912. Los comerciantes de los pueblos con los trabajadores y los chacareros dieron vida al Grito de Alcorta. En las décadas subsiguientes también esa fue la composición. Inclusive en 1990, con el cordobés Humberto Volando -presidente de la FAA en ese período-, nos enfrentamos al neoliberalismo junto con la CGT y los movimientos sociales, mientras perdíamos 100 mil pequeños productores. Esa es la Federación Agraria que nosotros ratificamos y queremos fortalecer. Los pequeños y medianos productores que producimos alimentos, destinamos más del 80 por ciento de nuestra producción al mercado interno. Dependemos de los argentinos, del mercado interno que debe fortalecerse, de la recepción de estos alimentos y por ello nuestra alianza con estos sectores. Por eso necesitamos una política pública que tenga precios justos para los productores y para los consumidores argentinos. Hay una gran diferencia con lo que pasa ahora que se orienta todo a los grandes agricultores, haciendo que los consumidores argentinos paguen cada vez más caros los alimentos y dejando a los pequeños tendidos. Por ello los sectores productivos somos naturalmente aliados de los sectores trabajadores.
– ¿Cuál es la agenda de la FAA en los próximos meses?
– Junto con estas organizaciones de trabajadores y con el movimiento cooperativo federado, estamos trabajando en un «Semillazo» que probablemente sea el 5 de septiembre frente al Congreso de la Nación. En esa jornada dejaremos nuestras propuestas sobre lo que tiene que contener una Ley de Semillas: que la tecnología se paga en la bolsa, que la ley sea de orden público y que se mantenga el derecho al uso propio de los productores. Cuando discutimos Ley de Semillas discutimos el modelo agropecuario de la Argentina y allí debemos ponerle freno a los abusos de posición dominante de grandes corporaciones que no solo quieren quedarse con el manejo de las semillas, sino también con la cadena completa de comercialización de granos de la Argentina.