Los nuevos recortes generalizados de la ayuda humanitaria estadounidense a los palestinos ya están haciendo efecto sobre cientos de miles de personas vulnerables.
Los temores a una retirada masiva de la ayuda al desarrollo de EEUU a los palestinos se vieron alimentados por un confuso anuncio el pasado viernes en el que se afirmaba que Estados Unidos pretende redirigir la ayuda palestina a otras «mayores prioridades».
Según la decisión, anunciada por el Departamento de Estado, el dinero que se iba a gastar a finales de este año fiscal se redirigirá a «proyectos de alta prioridad en otros lugares». Esto equivale a un recorte de 200 millones de dólares.
Los recortes de la semana pasada son el último episodio del fuerte y creciente conflicto que empezó en enero de este año cuando Trump amenazó en un tuit con cortar en cientos de millones la ayuda estadounidense a los palestinos, a los que acusaba de no mostrar «gratitud o respeto».
El asunto de la financiación de USAid se suma a los recortes de la administración de Trump a UNRWA, la principal agencia de la ONU que apoya a más de 5 millones de refugiados palestinos por todos los territorios ocupados y Oriente Medio.
La revelación de la magnitud de la crisis a la que se enfrenta la ayuda palestina llega entre informaciones de que Estados Unidos está buscando redefinir qué palestinos deben ser considerados «refugiados».