Cuando el pasado miércoles 29 de agosto, en la Asamblea estudiantil realizada en plaza Roca, se hubiese preguntado a los asistentes cómo seguiría el conflicto universitario tras casi tres semanas de paro docente, pocos serían los que imaginarían una precipitación de los hechos como la ocurrida a partir del día siguiente.
La multitudinaria Marcha Nacional Educativa, que en Río Cuarto contó con más de 10 mil personas en las calles, a cada paso iba cambiando su significado. No por fuerza propia -solamente-, sino de los acontecimientos. El miércoles, tras un mensaje del presidente Macri donde anticipaba que pediría al FMI un adelanto de todos los fondos previstos para 2019, los “mercados” comenzaron una monumental corrida cambiaria que terminó, en solo dos días, con una devaluación del peso del 20 por ciento (ver Página 4). Cualquier posibilidad de acuerdo en cuanto al presupuesto universitario y al salario docente, se distanciaba al ritmo de la megadevaluación.
Asamblea y toma La Asamblea Interclaustro en la Sociedad Española, la tarde del jueves 30, decidió la toma de la UNRC -campus y radio- “por tiempo indeterminado” desde las 23 horas, esa misma noche. “Nos sumamos a las otras 19 Universidades Nacionales del país que están en situación de toma”, comunicaban, a la vez que enunciaban que los motivos de la medida “exceden la esfera de la Educación”, enumerando una serie de factores -desde despidos hasta endeudamiento y recortes de derechos- que signarían el tenor social de la medida. Unas 350 personas concurrieron esa noche a la Universidad: ese sería el mínimo de asistentes que tendría cada una de las asambleas de los días posteriores.
Solidaridades
Las donaciones de alimentos, medicamentos y leña para las guardias por parte de vecinos y organizaciones llegaron durante todo el viernes tanto a la radio como al campus, fortaleciendo la toma.
“Los universitarios somos parte de una misma clase trabajadora, la lucha nos hermana”, manifestaban en un comunicado el viernes, en solidaridad con los 548 despedidos del Ministerio de Agroindustria. Esa mañana, el gremio nodocente ATURC, en una numerosa reunión de trabajadores, decidía acompa-ñar la toma sin asistir a sus lugares de trabajo. Ese mismo día, también, “para visibilizar la situación crítica universitaria”, la Asamblea de la toma decidió participar en las puertas de la 84° Exposición Rural de Río Cuarto, “en solidaridad” con pequeños productores y trabajadores despedidos de la Secretaría de Agricultura Familiar nucleados en ATE.
Profundización democrática
El sábado 1 de septiembre la Argentina amaneció con rumores de que el achicamiento del gasto público impuesto por el FMI precipitaría en el Gobierno nacional la reducción de ministerios, haciendo descender al rango de Secretarías a Trabajo, Salud, Ciencia y Técnica, entre otros Ver página 5 ). En ese marco, la toma se movilizó a la Sociedad Rural la mañana del sábado y contó con la presencia de trabajadores despedidos y organizaciones sociales en el almuerzo y la Asamblea de la tarde, en la que se debatió con economistas sobre la crisis económica. En esa misma reunión plenaria, se decidió que toda persona que asistiese a las Asambleas podría hablar, proponer y votar, sin distinción de claustro o si pertenecía o no a la UNRC: “la toma es lucha y la lucha es social”, dijeron.
Mientras esto sucedía, grupos de estudiantes que eran parte de la toma, participaron en diversos festejos del Día del Niño -planificados con anterioridad- ese día y al siguiente en distintos barrios de la ciudad.
El domingo, la presencia de CGT, ATSA, Trabajadores Aeronáuticos, Auxiliares Escolares, entre otros, la adhesión del Partido Socialista de Río Cuarto, la CTEP, otras organizaciones políticas y el debate en comisiones, continuó cohesionando los objetivos de la Asamblea que contó con unos 400 asistentes.
Todo en movimiento
El lunes, mientras unos 350 estudiantes y docentes que no estaban de acuerdo con la toma se reunía en Plaza Olmos, “autoridades de Rectorado y de las cinco Facultades que conforman la Institución” manifestaban en un comunicado “su absoluta predisposición para encontrar vías alternativas que conduzcan a la resolución del conflicto”, a la vez que consideraban “pertinente el levantamiento” de la toma. La Facultad de Agronomía y Veterinaria, por su parte, convocaba ese mismo día a Sesión Extraordinaria “ampliada” del Consejo Directivo en el Concejo Deliberante, a realizarse el jueves 6 de septiembre a las 14 horas.
El mismo día, surgió otro sector de estudiantes, los “anti-toma”, como se denominaron en un primer momento via redes sociales, acompañados de algunos docentes. Contrarios a la medida de tomar la universidad, decidieron movilizarse desde la Plaza Olmos a la Asamblea en la UNRC, el lunes por la tarde. Con más de 1.500 asistentes y la presencia de la comunidad riocuartense en sus diversas expresiones -desde la Juventud Peronista de Río Cuarto o el partido Respeto, movimientos secundarios, feministas, docentes, artistas, organizaciones sociales, estudiantes y graduados que apoyaron la toma; hasta agrupaciones estudiantiles como Dinámica Estudiantil, Franja Morada, militantes de la Unión Cívica Radical, independientes, y expositores responsables de leer el posicionamiento institucional de las Facultades, que se manifestaron en contra de la medida-, la concurrencia debatió y votó pasada la medianoche: 995 votos a favor de continuar la toma contra 218 por el levantamiento, y 3 abstenciones.
El grupo “a favor del cese de la toma”, como se denominó a partir del martes, emprendieron diversas acciones tras una asamblea en Plaza Roca ese día por la tarde. La postura más radical, la presentación judicial para que gendarmería desaloje el edificio tomado, fue desactivada al día siguiente, aunque la junta de firmas digital en change.org alcanzó más de 10 mil usuarios hasta ayer al mediodía. En la Universidad, la toma discutió la continuidad del Plan de Lucha y definió la participación en los cortes de ruta del Frente Nacional Territorial que en Río Cuarto lleva adelante el Movimiento de Acción Popular, en consonancia y solidaridad con el paro del Cordón Industrial de Rosario, a la vez con la realización de clases públicas al costado de la Ruta 36, frente a la UNRC, para alertar sobre la crítica situación educativa. En tanto, el gremio nodocente ratificó ese día, mediante un comunicado, “la solidaridad con la lucha de los compañeros estudiantes y docentes”.
A nivel nacional, el mismo martes, los docentes recibieron una propuesta salarial del gobierno que aumentaba, dependiendo el cargo, del 24 al 26 por ciento. “Independientemente del resultado de las consultas sobre la propuesta salarial, la CONADU profundizará el Plan de Lucha en Defensa de la Universidad Pública”, expresaron desde el gremio docente mayoritario ya que estiman sin respuesta a los reclamos presupuestarios, de infraestructura y sobre el desmantelamiento del sistema de Ciencia y Técnica. Hoy volverán a reunirse para dar una respuesta a la propuesta oficial, aunque ya anunciaron que el 13 de septiembre realizarán un paro nacional con movilización al Congreso.
A las calles, por separado
El miércoles, mientras continuaban las clases públicas y se producían los cortes programados, el grupo autoconvocado por el levantamiento de la toma realizaba en el centro de la ciudad una marcha desde el Concejo Deliberante a la Plaza Roca en horas de la mañana. Allí también decidieron no concurrir a la Asamblea en el Campus de la UNRC y realizaron una paralela en al centro de la ciudad. La razón de no ir a la UNRC fue “para no legitimar esa Asamblea donde votan gremios y otra gente que no es de la Universidad”, según expresaron y solicitaron que el rector Roberto Rovere intervenga.
Esa misma tarde de miércoles, el rectorado convocó a la Federación Universitaria y a los Centros de Estudiantes -titulada “Negociación y defensa de la educación pública”- para el cese de la toma ya que “no podemos solucionar nada si no se levanta la toma”, según consignaron. Ese mismo día, la Facultad de Ciencias Humanas había destacado el valor de la toma “a la luz de un contexto nacional que integra otras tomas y que explicita una defensa férrea de lo público”, pero había advertido sobre la importancia de “habilitar marcos” para el diálogo.
La asistencia a la reunión -convocada en la sede del PEAM, ayer-, fue votada en la Asamblea de la Toma del miércoles -con la presencia de unas 650 personas- que decidió que, de realizarse, las autoridades universitarias deberían concurrir al campus donde se encontrarían con representantes de la Asamblea. Finalmente, quienes asistieron a la reunión del jueves con el rector y los decanos, en este contexto, fueron los representantes de estudiantes autoconvocados que están en contra de la toma y los presidentes de los Centros de Estudiantes de Ingenieria, Exactas y Agronomia, los tres conducidos por la agrupación Dinamica Estudiantil.
La Asamblea del miércoles, también, votó a favor de un Plan de Lucha que incluye una masiva movilización “En defensa de la Educación y el Trabajo” para hoy por la tarde, desde el Campus de la UNRC a Plaza Olmos. Allí, mañana también en asamblea definirán el plan de lucha a seguir.
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