El Departamento del Tesoro de Estados Unidos estableció sanciones sobre dos decenas de instituciones bancarias y de inversión que, según EEUU, contribuyen al apoyo económico de la fuerza paramilitar Voluntarios Islámicos iraní (Basij). Estados Unidos vincula a esta fuerza paramilitar con el Cuerpo de los Guardianes de la Revolución. Todas estas entidades están ubicadas en territorio iraní y se encuentran bajo el paraguas de la Fundación Cooperativa Basij, que emplea, según Estado Unidos, “empresas fantasmas” para ocultar sus fines, informaron en una rueda de prensa telefónica funcionarios estadounidenses. El portavoz de la Cancillería iraní, Bahram Qasemi, aseguró que las nuevas sanciones estadounidenses son «parte de una guerra psicológica y un intento de presionar» a Irán. Agregó que Teherán considera este paso «una profanación abierta de los mecanismos del derecho internacional por EEUU provocada por el odio ciego de Washington hacia el pueblo iraní». Subrayó que a pesar de las promesas de apoyar al pueblo iraní, Washington, al contrario, impide los contactos comerciales y económicos de Teherán y las relaciones con otros países. El viceministro ruso de Exteriores de Rusia, Serguéi Riabkov, aseguró previamente este miércoles que Rusia no acepta las sanciones extraterritoriales unilaterales como instrumento de política exterior al señalar que «nada detiene a Washington en su afán de presionar a los países que no le convienen».