El 24 de octubre de 1929 se produce el crack financiero en Estados Unidos, conocido como “Jueves Negro”, que implicó la caída de la Bolsa de Valores de Nueva York y marcó el inicio de la Gran Depresión.
Tras varias pequeñas bajadas, se produjo la primera gran caída, llegando a descender la Bolsa de Nueva York un 9 %. El pánico fue de tal magnitud que la policía tuvo que clausurar la bolsa.
Más de 13.000.000 de títulos que contaban a la baja no encontraron compradores y ocasionaron la ruina de miles de inversores, muchos de los cuales habían comprado las acciones con créditos que ya no podrían pagar.
Quienes poseían dinero en cuentas bancarias corrieron a retirarlo de las oficinas. Los bancos no hicieron frente a los reintegros y los ciudadanos comunes, se vieron desbordados por deudas incobrables. Los bancos se negaron a dar nuevos créditos y a refinanciar la deudas existentes, provocando la quiebra de aproximadamente 600 bancos americanos.
A partir de ese momento se inició un periodo de contracción económico mundial conocido como Gran Depresión. En EEUU, el descenso del consumo hizo que los stocks acumulados crecieran, las inversiones paralizaran y muchas empresas tuviesen que cerrar. La caída de la actividad industrial supuso un desempleo generalizado y hacia 1932 había en Estados Unidos casi 13 millones de desocupados.
La caída de los precios en Norteamérica afectó a industrias de otras partes del mundo. Estados Unidos comenzó a repatriar capitales que había invertido en diferentes países, lo que tuvo especial repercusión en Alemania que tenía cuantiosos créditos, ya que había sido obligada a endeudarse después de la guerra por el Tratado de Versalles.
La crisis llevó a replantear el papel del Estado en la economía de una nación. En marzo de 1933 asumió la presidencia de Estados Unidos Franklin Delano Roosevelt, quien desarrollo el New Deal, un plan que consistía en la regulación de la economía favoreciendo las inversiones, el crédito y el consumo, lo que permitiría reducir el desempleo. El gasto público debía orientarse a la seguridad social y a la educación. Roosevelt decidió ayudar a los bancos, subvencionar a los agricultores, aumentar salarios y reducir las horas de trabajo, creando nuevos puestos de trabajo en la Administración y obras públicas. También se establecieron planes de asistencia sanitaria y se organizó un nuevo sistema de jubilaciones. El New Deal estaba inspirado en las ideas del economista John Maynard Keyne, que sostenía los principios del liberalismo clásico, pero proponía la intervención del Estado en aquellos casos en que se viera perjudicado.