Este 4 de abril quedará marcado como el primer gran movimiento nacional de acción directa de 2019 contra las políticas de gobierno de Mauricio Macri. La movilización, que se realizó en las principales ciudades del país, tuvo un primer gran impulso de los gremios vinculados a la industria y la producción -metalúrgicos, metalmecánicos, textil, calzado- pero rápidamente fue cosechando adhesiones de otras centrales sindicales -las dos CTA, la Corriente Federal de los Trabajadores, el Movimiento 21F-, de organizaciones sociales y de izquierda. Motivados por la crítica situación cotidiana -reflejada en los indicadores de actividad, trabajo y pobreza-, vastos sectores de la sociedad argentina impulsan un cambio de modelo económico para sobrevivir: entre ellos, el empresariado ligado a la producción y a los servicios «mercadointernistas». Parte significativa de estos sectores apoyaron la movilización de ayer, coincidiendo con sectores de su alianza histórica -el pueblo trabajador- El objetivo común: torcer el rumbo económico que ya no satisface a casi nadie.
Causa común
“Los trabajadores y empresarios PYME hemos decidido marchar dado que la política económica y productiva del gobierno no nos contiene. Esta marcha no es contra de nadie sino a favor de la producción y la industria nacional”, explicó el Presidente de CGERA, Marcelo Fernández.
Por su parte, la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios expresó en un comunicado donde convocaba a sus miembros a participar para «acompañar la presentación del proyecto de Ley de Emergencia para la subsistencia de las Pymes, que entregaremos a los legisladores al pasar por el Congreso Nacional».
Las causas de la convocatoria a la movilización que expresó la CGT mediante una solicitada en los medios -que ofició las veces de palco dado que no hubo oradores en Buenos Aires-, hacía justamente referencia a la importancia de la reactivación del «trabajo decente y en relación de dependencia» y de un modelo «que priorice el desarrollo y no la especulación».
Cambio de rumbo
«En octubre se van a dirimir dos modelos de país; uno basado en la exportación de productos primarios y la especulación financiera, y otro que se basa en la vigorosidad del mercado interno, y en la fuerza de la producción y el trabajo», remarcó Fernandez de CGERA, coincidiendo con Pablo Moyano quien dijo que «los candidatos de la oposición deben unirse y pelear en una gran paso para elegir candidato. Hay que hacerse cargo del peronismo y salir a la calle para que en octubre el pueblo vuelva a ser feliz a través de un gobierno peronista”, expresó el dirigente quien ya adelantó que trabajarán «por un paro general para fines de abril»
Un paro discutido
No solo el moyanismo está de acuerdo con la realización de un paro antes de fines de abril. «Hay una decisión tomada respecto de convocar en forma inmediata a un paro nacional, y espero que esto llegue a involucrar a la CGT. No está definida la fecha, pero tenemos la certeza de que debe ser en abril», indicó Hugo Yasky, titular de una de las líneas de CTA que se manifestaron ayer, en declaracionesa la prensa esta semana. Por su parte, Juan Carlos Schmid coincidió en que «hay condiciones para un paro general, pero hay que trabajarlo», y sostuvo la CGT debiera convocr «al Confederal, que es el órgano más democrático de la central, y que ahí se diga lo que se tiene que decir».
Más «cauteloso», Héctor Dáher -uno de los titulares de CGT Nacional-, expresó que «no podemos descartar un paro general para este año por la inestabilidad que hay con este Gobierno» y apuntó, también, sus cañones a octubre: “La coyuntura nos llevó a hacer varios paros el año pasado y no es un tema que sea excluyente y tiene que quedar en claro todas las acciones tienen que trascender el movimiento obrero y centrarse en el proceso electoral», dijo en declaraciones a la prensa esta semana.
Quien no dudó en descartar la idea del paro fue el gastronómico Luis Barrionuevo: “Están los que nos azuzan para que hagamos paro. Yo digo ¿a dónde vamos con uno, dos o tres paros que podamos hacer? Con los años que tengo, no quiero que nos digan una vez más que nosotros no dejamos gobernar y que se van antes”, afirmó. Agregó, además que “tenemos que sostener esto» hasta el proceso electoral donde, afirmó, que «es el momento en que se puede terminar con la grieta. Creo que la persona que no va a venir a estudiar, ni aprender nada es Lavagna, es la persona que nos sacó del gran problema que teníamos (tras la crisis del 2001). Ni ella (Cristina Fernándes), ni él (Mauricio Macri). Acá está la persona”, culminó.