Las elecciones en Argentina expresan lo principal, en tanto evidencian una situación que vive el mundo y es objetiva en los hechos.
La designación de Macri de su vice peronista Miguel Pichetto, como también la postulación un mes atrás de Alberto Fernández como pre candidato a presidente y Cristina Fernández en segundo lugar, expresaron la necesidad de coaliciones amplias para gobernar -o sostener- la gobernabilidad. La tercera posición de los gobernadores se redujo a la mínima expresión.
Es que lo principal, es justamente la crisis global. La que generó naturalmente la resistencia al modo descarnado como el gobierno de Mauricio Macri gestiona la reinserción de la Argentina en el mundo.
Lo que está en juego ahora es la unidad de las alianzas que tratarán de gestionar de otra manera ese paso a la globalidad. En 2003, con Duhalde, fue con la devaluación de la moneda que le permitió al gran empresariado no ceder las acciones de sus empresas ante los acreedores internacionales.
Ahora, necesariamente, el paso implica decisiones en torno al endeudamiento argentino y las respuestas a los bancos y fondos de inversión. Es por eso que tanto Pichetto, como otros dirigentes peronistas, visitaron Estados Unidos para debatir sobre la salida de esta situación.
Se vota en esta geografía, pero lo principal pertenece a un terreno mundial. Es compresible tamaña arquitectura «política» para saltar ahora a la globalidad.
El interrogante es si es posible una salida social mientras lo principal marca esta agenda, es momento de que el conjunto del pueblo trabaje para la salida profunda, que no está en Wall Street, ni en los slogan del marketing de los medios. Está en la necesidad soberana de los pueblos para librarse definitivamente de sus ataduras históricas.
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