Con más frecuencia se ve en los barrios de la ciudad diferentes actividades de vecinos organizándose para sortear la crisis. A las ferias de alimentos de clubes o colegios, campeonatos de fútbol a beneficio de alguna persona enferma, té tómbolas, etc., reaparecieron los trueques en todos los puntos cardinales de Río Cuarto, prácticas que no se veían desde el 2001 cuando había estallado la última gran crisis en Argentina. Todos comenzaron este año fruto de la crisis principalmente, y como modo de volverse a encontrar entre vecinos.
Esta forma de intercambio de objetos sin la utilización de la moneda como valor de intercambio se remonta a la era neolítica, hace 10.000 años, con la aparición de la sociedad agricultora ganadera. Surgió como manera de trocar el excedente de la producción, y tuvo su fin cuando se creó la moneda como transacción comercial años después durante el Imperio Romano.
Pero esa época remota con excedentes no es justamente la que viven actualmente los argentinos, y la moneda que aún existe como valor de intercambio no alcanza para conseguir los elementos básicos de consumo como alimentos o servicios. Así lo refleja el Indec: de un total de 67.603 hogares y 175.082 vecinos de Río Cuarto, 13.622 (19,6 %) hogares son pobres, donde habitan 51.262 (29,3 %) riocuartenses, mientras que hay 1.969 (2,3 %) hogares bajo la línea de la indigencia, donde viven 7.425 (4,2 %) personas. Quiere decir, que casi el 30 por ciento de los ciudadanos de Río Cuarto no alcanzan a cubrir la Canasta Básica Total (alimentos más inclusión de bienes y servicios no alimentarios como vestimenta, transporte, educación, salud), y peor, el 4,2 % ni siquiera a la Canasta Básica de Alimentos, lo mínimo e indispensable para sobrevivir.
Puede ser esta la razón por la que en el Trueque Alberdi la mesa de alimentos “es la primera mesa que queda vacía”, contó Micaela Coria, de 24 años, vecina del mismo barrio y de profesión contadora.
«Para algunos, todavía, el trueque no está bien visto y para otros es una necesidad tenerlo»
“Alimentos, es lo primero que se lleva la gente”
Natalia Rodríguez, organizadora del Trueque Alberdi de calle Presidente Perón este, dijo que comenzó a organizarlo en su casa en marzo luego de haber participado del Trueque Pizarro, y que nació con la idea de “compartir momentos, de distenderse, ser solidarios, y obviamente ayudar a los demás” y que debido a la situación económica “mucha gente viene con necesidad de alimentos, es lo primero que se lleva la gente, buscan mucho alimento y ropa más que todo”. El sábado pasado participaron unos 30 trocadores, y el lugar les queda chico.
Micaela Coria, dijo que “la mesa de alimentos, es la primera mesa que queda vacía. Está bueno que puedan acceder a esos artículos básicos sin necesidad de contar con dinero efectivo”. Coria, comentó que en un principio “quizá no me hacía falta tanto las cosas, pero después vi la experiencia, y hay tanta gente que necesita, decidí seguir participando para poder ayudar con mis cosas a la gente que realmente sí lo necesita. Eso es lo que más me moviliza a participar”, afirmó y agregó que este tipo de organización “genera comunidad, cada uno aporta lo que puede, y se genera un circuito de responsabilidad, colaboración, solidaridad y respeto entre todos, muy importante para seguir haciéndolo sin necesidad de que haya un organismo municipal, provincial o municipal organizándolo”.
En Banda Norte, hace un mes inició el trueque en la Parroquia Espíritu Santo. “Con esto de la crisis volvieron a surgir. Es un respiro a su economía, una ayuda que pueden buscar con otro. Hable con el padre Raúl Frega y me dijo que le parecía bien realizarlo.”, comentó Viviana Pomiglio, organizadora. Unas 20 personas asisten cada jueves, y como en los otros barrios, «comida es lo que más lleva la gente”, detalló Pomiglio y agregó que “hay mucha gente que no tiene trabajo, por eso puede brindar servicio y lo puede trocar por comestibles o lo que ellos necesiten en este momento”.
En Ojo de Barro, el trueque que más tiempo lleva en funcionamiento comenzó hace un año. Allí, a partir del proyecto productivo Enredar que articula el partido local Respeto participaban emprendedores y productores locales que seguidamente lo hacían en ferias. Lo que no se alcanzaba a vender en las ferias -porque allí también cayó el consumo, según dijeron sus organizadores- se intercambiaba en este trueque. Pero ante la situación económica y la demanda, esta organización “fue ampliándose, y vimos que había bastante necesidad de llevarse alimentos. De ahí decidieron juntarse como trueque y resolver algunas necesidades entre nosotros. Alimentos es de las cosas que más se busca, alimentos primarios, mercadería, verdura”, explicó Daniela Jara, organizadora.
Para las dos organizadoras, el trueque es una forma de organizarse para hacerle frente a la crisis y que es posible dentro de la economía social. “La gente que participa está muy conforme con lo que está haciendo. Sabe lo que es la solidaridad. Es una alternativa, pero no está visto masivamente como una alternativa”, dijo Jara. En este sentido, Rodríguez sostuvo que buscó espacios físicos que le permitiesen reunir a todos los trueques de la ciudad en uno masivo “pero se nos cierran puertas, para algunos, todavía, el trueque no está tan bien visto y para otros es una necesidad tenerlo”, aclaró.
Trocadores de Río Cuarto
En la capital alterna de la provincia de Córdoba hay al menos 6 trueques funcionando: En calle Perón Oeste, Trueque Alberdi, comenzó en marzo los sábados a la siesta cada 15 días; en Banda Norte en calle Ecuador 650, todos los jueves a las 16 horas Trueque Parroquia Espíritu Santo; Trueque Fenix, en San Lorenzo 2464 todos los jueves por la siesta; en el oeste, en la calle Paso de los Andes los viernes desde las 15 horas, Trueque Barrio Pizarro; lunes y miércoles en barrio Alberdi, Trueque de calle Tucumán; y una vez por mes los sábados el Trueque Ojo de Barro, la casa cultural de Respeto en Bolivar 373, este el más antiguo con un año de comenzado.
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