La música y los libros siempre han sido una buena combinación. Los libros, en sus infinitas formas de escritura llevan un ritmo, una cadencia. Si alguien se deja llevar por las letras de los cuentos de un Soriano, seguramente encontrará los ritmos populares de las infancias argentinas de los años 40 y 50 del siglo XX. En la gravedad de lo infinito de la literatura de Borges pareciera resonar la lírica de una sinfónica prolijamente desordenada, a lo Piazzola. Roberto Arlt coquetea con el lunfardo de los tangos de Aída Falcón. Albert Camus tararea versos de Charly, mientras Spinetta recita “La Náusea” de Sartre. Hay lugares en donde el espíritu humano se abraza a sí mismo, se festeja, se aplaude, se emociona. Los libros y la música, las artes y la cultura, son esos espacios en donde se crea y recrea las formas más hondas de lo que nos hace humanos. No hay “una” forma de cultura, su forma es siempre el plural. Sus trazos y sus potencialidades siempre deben ser al infinito. Los espacios que quieren dar vida a ese encuentro entre los sujetos y la infinitud que los habita, son siempre necesarios y urgentes. Nunca son suficientes. En esa vocación, este sábado 21 de septiembre a las 16hs se inaugura en Las Higueras la Biblioteca Popular Luis Alberto Spinetta, la primera de su tipo en la localidad. Un espacio fruto de un anhelo, de una búsqueda de inquietos e inquietas que resisten los tiempos del vacío neoliberal, y que abrazan la música y las palabras para dar vida a nuevas letras y a nuevas lecturas. Siempre hay otros ritmos por inventar, otros sentidos por esparcir. En tiempos en que la cultura se mide por su costo, por su cantidad de “likes”, y por la gestión fría de la burocracia de la mercancía, en Las Higueras se abre un espacio de resistencia, que hace de la posibilidad de apropiación de los libros y la música el motor de nuevas creaciones y recreaciones de esa inmensa vastedad. Esa resistencia, como decía Ricardo Piglia, es una mezcla de “quijotismo y cansancio”, un levantar las fuerzas de los ritmos y la creación día tras día frente a los gigantes de la mercancía; y volver hacerlo al día siguiente. Porque no hay cultura definitiva, hay humanidad y sus infinitas potencialidades.
Una biblioteca popular es un lugar para esos encuentros, que se renuevan en cada página. Quienes encaramos este proyecto de espacio cultural tenemos el deseo de que sea un espacio sin dueños, ni límites, ni consignas. Es lo común, lo que es para todos y todas. Y además, con Alma de diamante.
Un logro y la cultura agradecida…!
Que bueno contar con un espacio así.Felicitaciones para quienes hicieron realidad este proyecto.