El Fondo Monetario Internacional (FMI) volvió a ajustar sus perspectivas sobre la evolución que tendrá este año la economía en América Latina y el Caribe Latinoamérica. En abril había pronosticado que el PBI 2020 terminaría siendo 5,3% menor al de 2019. Ahora previno una contracción promedio mucho mayor: -9,4%.
«Por primera vez, todas las regiones del mundo están en recesión»
La particularidad de la época es que por primera vez, todas las regiones del mundo están en recesión. El PBI mundial promediaría una baja de 5,4%: la más baja desde 1929.
Perú tendría una caída de 13,9% (que era de 4,5% en abril), México 10,5% (6,6%), Argentina 9,9% (5,7%), Brasil 9,1% ( 5,3%), Chile 7,5% (4,5%) y Colombia 7,8% (2,4%).
El ajuste se corresponde con la propagación del Covid-19 en la región, explicó hoy en conferencia de prensa el director del Departamento Hemisferio Occidental de la entidad, Alejandro Werner.
Igualmente aclaró que antes de la pandemia ALyC venía creciendo a una velocidad menor al de otras regiones del mundo.
El vocero dijo que el FMI valora favorablemente «las expansiones monetarias agresivas de los bancos centrales de los países avanzados».
De hecho, desde marzo a la fecha y solo por intermedio del FMI, han colocado 25.000 millones de dólares mediante 70 préstamos a distintos países del mundo. De ellos, 17 vinieron al continente por 5.200 millones de dólares.
Además, México, Colombia, Perú y Chile tiene aprobado créditos flexibles por otros 107.000 millones de dólares que pueden utilizar cuando lo requiera.
«Se han normalizado las condiciones financieras, varios países han accedido a los mercados internacionales de capital y hemos viso estabilidad y apreciación en los principales mercados financieros de la región», comentó Werner.
Las expectativas de la entidad respecto de la política monetaria es que «que las tasas de interés sigan reduciéndose en los próximos meses».
El vocero del FMI aclaró que «obviamente no hay que descartar episodios futuros de volatilidad» que no pasan ya (como en 2008) por la estabilidad propia del sistema financiero (bancos y bolsas) sino por «la sostenibilidad de la deuda a mediano plazo en varios de los países».
Para despejar esas inquietudes del mercado, será clave el compromiso de los gobiernos «un plan de mediano plazo de consolidación fiscal y reformas estructurales que impulsen el crecimiento».
Para el FMI, la prioridad sigue siendo cuidar a las familias y la salud, apoyar las empresas y mantener empleos, dijo Werner. Pero ante las dificultades de recaudación fiscal por el parate económico, la situación exige «re-priorizar y hacer más eficiente el gasto público», señaló.