El presidente de España, Pedro Sánchez, juntó las partes y 10 jefes de gobierno de América Latina y el Caribe le dijeron este miércoles (24/06) a los organismos multilaterales de crédito que «esta crisis sin precedentes exige una respuesta aún más contundente».
Así lo señala el documento “Juntos por una respuesta para América Latina y el Caribe ante la COVID-19” presentado en conferencia (virtual) a los directivos del Banco Mundial (BM), Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Banco de Desarrollo de América Latina (BDAM, ex CAF), Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).
España, República Dominicana, Barbados, Costa Rica, Colombia, Ecuador, Perú, Chile, Paraguay, Uruguay y Argentina, instan así a los organismos a “estudiar posibles reestructuraciones de pagos de deuda» y solicitan «medidas adicionales» de apoyo financiero.
Para relanzar la economía, piden «préstamos de largo plazo en condiciones adecuadas» y extensión de garantías para obtener financiamiento mixto de inversiones. Y para garantizar la liquidez, líneas de swap de divisas y de crédito rápido.
La conferencia, organizada por el gobierno español, comenzó apenas después de conocido el informe de junio del FMI en el que corrige las proyecciones económicas 2020 marcando una caída del PBI mundial de -5,4% y de -9,4% para latinoamérica.
«Se necesita un Plan Marshall para América Latina, Caribe y Africa», fue la conclusión que expuso el presidente argentino Alberto Fernández. De esta idea, ya había hablado en abril pasado durante una entrevista.
Se trata de la propuesta que el 21 de marzo hizo la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), conformada por las economías más grandes del mundo, en el documento «Covid-19: acciones conjuntas para ganar la guerra».
Con todo, Fernández recalcó que «resulta imperioso promover un cambio en la visión sobre el rol del Estado y el sistema financiero«.
El bien global
Como buen anfitrión, Sánchez abrió el encuentro comentando que quiere apoyar a los países latinoamericanos porque son calificadas como economías de renta media y no acceden o sufren una “clara desventaja» al tomar «instrumentos tradicionales de las instituciones financieras internacionales.”
Y explicó que el impacto del coronavirus en el continente «supone un enorme riesgo a nivel global» porque «la región es motor de crecimiento de la economía internacional y actor clave en la protección de los bienes públicos globales«.
Lo estaban escuchando la presidenta del FMI, Kristalina Georgieva, el vicepresidente BM para ALyC, Carlos Felipe Jaramillo, Luis Moreno, presidente del BID, Luis Carranza, presidente ejecutivo del BDAM (ex CAF), Dante Mossi, titular del BCIE, Alicia Bárcena, de la Comisión Económica de Naciones Unidas para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la secretaria General Iberoamericana, Rebeca Grynspan.
A ellos les señaló que impulsen «estos debates en foros globales como el G-20 y los distintos organismos de Naciones Unidas (ONU) para liderar una respuesta global a la crisis».
Vieja deuda, nuevo marco
Además de los puntos comunes del documento suscrito, cada mandatario expuso sus propuestas.
El argentino, señaló que «el desafío que viene es el desendeudamiento de países y empresa«. Según el último informe del FMI, esos son los puntos críticos de esta oleada de la crisis mundial iniciada en 2008.
Dijo que «se debe apoyar el alivio inmediato de la deuda de los países más pobres del planeta» pero fue un poco más allá y postuló que «resulta imprescindible establecer un nuevo marco general de reestructuración de deuda pública».
«¿Qué tipo de organismos financieros internacionales queremos?», se preguntó justamente ante sus directivos: «¿Serán instrumentos para el desarrollo sustentable de los pueblos o simples fichas en el tablero geopolítico de las potencias globales?«.
Actuar juntos
Comparando la crisis económica con la sanitaria, Fernández señaló que «si no actuamos juntos, la pandemia del desempleo, la desigualdad, la pobreza y el hambre se expandirá por la región con la voracidad de un virus contagioso».
Para Sánchez, también, «el multilateralismo es la solución a esta crisis, de manera que tengamos una respuesta solidaria y coordinada depositando nuestra confianza en la ciencia y el progreso».
Los mensajes no fueron solo para los titulares del FMI, BID o BM que escuchaban allí. Esta sintonía iberoamericana demarca bloques y el papel de cada uno en medio del realineamiento global suscitado por la crisis. Argentina tiene que volver a mirar Europa y «España es la puerta de entrada», había dicho Fernández el año pasado de gira por aquellas tierras. (ver Progresivamente…)
«No es posible que en esta crisis siga habiendo bloqueos y sanciones porque eso afecta más a los pueblos que a los gobiernos», mencionó el presidente argentino en alusión a las acciones unilaterales de EEUU contra países de la región como Cuba, Venezuela y Nicaragua, aunque ninguno de los tres fue convidado a participar.
Fue una programa implementado por EEUU en 1984 para la reconstrucción de los países europeos destruidos en la Segunda Guerra Mundial.
El plan de reconstrucción se planteó en una cumbre celebrada el 24 de junio de 1946, entre los estados europeos participantes: Portugal, Reino Unido, Francia, Italia, Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo, Austria, Dinamarca, Noruega, Grecia, Suecia, Suiza, Turquía, Irlanda e Islandia. En 1948 crearon la Organización Europea para la Cooperación Económica (OECE) con el objetivo de administrar las ayudas del Plan. Con el ingreso de EEUU y Canadá, en 1961, se convirtió en la actual Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), fijando su sede en París.
Debe su nombre al discurso pronunciado por el secretario de estado estadounidense George Marshall, en 1947, dando cuenta del programa. «Es lógico que los EEUU hagan lo que sean capaces de hacer para ayudar a la recuperación de la normal salud económica en el mundo, sin la cual no puede haber estabilidad política ni paz asegurada. Nuestra política no se dirige contra ningún país, pero sí contra el hambre, la pobreza, la desesperación y el caos.»