Por Pedro Peretti
Estoy de acuerdo con que suscribamos un convenio con la República Popular China para exportarle carne de cerdo. También en que aumentemos la cantidad de madres en gestación para abastecer dicho convenio. Pero no estoy de acuerdo para nada en que lo hagamos en 25 mega granjas de 12.500 madres cada una, localizadas en el NEA y el NOA. Eso representa 312.000 nuevas madres. Un negocio para muy pocos y todos grandes.
En cambio, estaría muy de acuerdo en poner 2.000 chacras mixtas, de 200 madres cada una, diseminadas a lo largo y el ancho del territorio nacional y son 400.000 madres. Es un proyecto más grande en volumen, más sustentable desde lo ambiental, que genera Arraigo (del bueno) y más aconsejable desde lo político para un gobierno popular como el nuestro.
Además, todos los insumos para hacer las granjas son en pesos, con lo cual lo podemos resolver perfectamente con el sistema financiero local sin recurrir al endeudamiento externo. Nuestra producción debe combinar: tamaño de la explotación, volumen con medio ambiente, población (arraigo) y distribución de renta y riquezas. Hay que consultar al INTA que es el que sabe y mucho de esto.
Hoy la producción agropecuaria en general y el cerdo en particular se puede hacer con productores o sin ellos. Que haya chacareros en el ejercicio profesional de la actividad agrícola es una decisión política del Estado. Pues el volumen productivo se consigue igual sin ellos. Se puede sembrar toda la soja, el maíz y el trigo, criar todas las vacas o atender todos los cerdos sin un solo chacarero.
Los productores somos necesarios desde el punto de vista social, político, económico, cultural, geopolítico pero no productivo. El capitalismo, a partir del desarrollo científico técnico, resolvió la cuestión de la productividad sin depender del chacarero. Eso es así. Pruebas sobran y están a la vista. Por eso decimos que no hay agricultura familiar chacarera sin una alianza con el estado y la sociedad. Esta debe decidir quién quiere que le produzca los alimentos, si miles de productores o un puñado de mega empresas concentradas e integradas verticalmente.
Esa es la madre de todas las batallas. La decisión es política, no productiva. Más campo trabaja y produce José Estanciero, menos Pepe Chacarero. La tierra es un bien finito, hay la que hay y no se puede fabricar más, por lo cual no se puede tratar como iguales a lo que son estructuralmente distintos. Por eso si el estado popular no actua a favor de la Agricultura de rostro humano, ni el Chapulín Colorado la salva de su desaparición.
Este mega proyecto de cerdos es desaconsejable desde todo punto de vista. Sólo apunta a resolver las cuestiones de flete de maíz y soja de los grandísimos (son más que grandes) terratenientes que se quedaron con las tierras de los desmontes del área geográfica del Plan Belgrano y deben traer sus productos a los puertos del Paraná. Son 8.000.000 toneladas de maíz, o sea 266.666 viaje de camión de 1000 Km promedio, un costo altísimo en fletes. Tremenda irracionalidad, desmotaron bosques naturales para sembrar soja, expulsaron campesinos y pueblos originarios, incrementaron las inundaciones y el cambio climático y ahora nos encajan estas mega granjas porcinas y nos hablan de eficiencia. Es demasiado.
Por ultimo no es cierto que los estados provinciales estén en condiciones de controlar estos emprendimientos, gigantes con gran capacidad de lobby y con todas las chances de seguir escalando en tamaño. Esto pone en serio riesgo al 65% de los productores porcinos que son pequeños y medianos. Debemos firmar el acuerdo con China pero hacerlo al uso nuestro, con productores de rostro humano adentro y como protagonistas. No hay eficiencia porcina sin chancheros de carne y hueso.
Salud y cosechas.
Paz, Agosto 2020
* Pedro Peretti: Productor y dirigente agrario, Movimiento Arraigo
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