A lo largo del año pasado, 55 millones de personas de todo el mundo se vieron obligadas a dejar sus hogares y reubicarse dentro de sus países: 48 millones escaparon de conflictos armados y 7 millones de catástrofes naturales.
2020 marca la cifra más alta de la última década, según el informe del Observatorio de Desplazamiento Interno (IDMC), con sede en Ginebra, Suiza. A esta migración interna se suman los 26 millones que migraron de un país a otro como refugiados.
Debido al aislamiento sanitario motivado por el Covid-19, era esperable una reducción de la migración. Pero el efecto puede terminar siendo el contrario: la pandemia ha exacerbado las condiciones socio-económicas de las personas desplazadas.
«Esas cifras pueden aumentar a medida que los países se hunden más en una crisis económica», anticipa IDMC y concluye que “el cambio climático y la sobreexplotación de los recursos naturales pueden agravar la inestabilidad y el conflicto, lo que se traducirá en más desplazamientos”.
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