En el último año, la inflación es del 48,8% y la carne es uno de los productos que más subió. Por eso hubo un fuerte enfrentamiento entre el gobierno y el sector que derivó en un lockout infructuoso por parte de la industria», evalúa el cronista del diario Tiempo Argentino.
Pero ayer, fue el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, quien informó que la semana que viene reabrirán la exportación tras llegar a un acuerdo con los frigoríficos. Fue en una entrevista con Destape Web, en la que habló también del contraste de este modelo con respecto al del modelo de Macri. «Primero, poner el eje en la producción y no en la renta financiera. La política monetaria del BCRA estaba haciendo un daño tremendo en las empresas de todo tamaño. Empresas emblemáticas como Arcor, Molinos Río de la Plata y grandes productoras de alimentos estaban con pérdidas y esto fue revertido justamente por haber disminuido el costo del financiamiento».
Además mencionó el acuerdo con las empresas automotrices y los sindicatos «que implicó nuevas inversiones que fueron anunciadas y que están en implementación y tienen todas más trabajo argentino incorporado».
Ese fue otro costo que también logró bajarse de 589 a 145 dólares entre 2015 y 2021 para que las empresas tengan competitividad. Porque de 2014 a 2020, el precio de la carne también bajó, en dólares: -38,7% la tonelada de exportación, -31,4% el kilo vivo en el Mercado de Liniers.
Con un 17,6% más de cabezas de ganado y 20,5% más de toneladas producidas por la industria frigorífica, el volumen destinado a exportación (con trabajo argentino dentro) subió 325,6% (900.000 toneladas en 2020) y la facturación de las exportadoras pasó de 1.279 millones de dólares a 2.978 millones: +132,8% (recordemos que con un precio conformado más barato).
El trabajo argentino, sin embargo, va al mostrador y paga en pesos un 527% más por un kilo de carne.
El último informe sobre precios del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) dice que las causas de la suba de precios en el mostrador se debe al «aumento de las exportaciones producto de la mayor demanda por China convierte a la carne en un cuasi commodity, atando el precio local al precio exportable”.
-“El aumento del maíz, por tratarse de un insumo utilizado para la ganadería y la producción de leche, huevos y pollos, entre otros productos alimenticios de primera necesidad”.
-“El aumento de precio de comercialización en Liniers”, con la hipótesis de que el ganado funge hoy como “reserva de valor ante la perspectiva de la mayor demanda china y en un contexto de restricciones cambiarias”.
-“La distorsión en la formación de los precios en la cadena de producción y comercialización de carne vacuna, producto del accionar de frigoríficos con control sobre la misma”.
Recordemos que el precio en dólares bajó (ver tabla). No hay «distorsión» entonces en la formación de los precios. En todo caso, como no se entiende o no se puede explicar con los viejos manuales y biblias, se utilizan esas valoraciones.
Sucede que se trata de otra cadena de producción y de valorización de otra cosa justamente, que es promovida incluso por las políticas públicas.
La Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA) en su informe de marzo indicó que los precios de las carnes subieron en el mostrador de las carnicerías (+8% en relación a febrero) pero que se atenuaron 0,3% en las góndolas de las grandes superficies comerciales que, ni de cerca, son nacionales.