El equilibrio fiscal y el crecimiento de las reservas del BCRA están en centro del discurso de los ministros de Economía que pasaron. No hay diferencia en lo que dicen. Pero sí en los sectores que las quieren para sí.
El complejo agroexportador, los tenedores de letras y el sector empresario con costos nacionales disputan esos excedentes y, por lo tanto, las políticas de gobierno.
En el marco de la lucha inter-capitalista, su apropiación se vuelve vital para que cada fracción pueda sobrevivir. Es el momento en el que el capital se come a sí mismo y estancan al resto. Por eso es guerra.
Ese es el estado de situación en el que lidian todos los gobiernos, aún cuando las reservas son suyas: como lo son las acciones de sus empresas, sus letras, sus bonos y la propiedad de sus empresas. Es su mercado de capitales y son ellos -como clase- quiénes disputan hoy su posibilidad de supervivencia.
Su iniciativa es luchar y demuestran que están dispuestos a dar la pelea a fondo. Si no lo vemos así, solo seguiremos apelando a que ellos se acuerden de nosotros. Por el contrario, si entendemos el conflicto, estaremos dispuestos a luchar para anteponer nuestras necesidades e intereses.