E
l sindicato Alianza de la Función Pública de Canadá (AFPC, por sus siglas en inglés) realizó una huelga para exigir una mejora de sus salarios ante la inflación, por lo que hubo interrupciones en los servicios federales de inmigración, impuestos y trámite de pasaportes, entre otros.
Más de 155.000 empleados públicos pararon y exigieron un aumento salarial del 13,5% durante tres años, o un 4,5% anual para mantenerse al día con la inflación, pero el Gobierno ha ofrecido un 9% repartido en tres años. La inflación interanual en Canadá se desaceleró al 4,3% en marzo tras alcanzar un máximo de más del 8% en junio.
Por su parte, el Gobierno respondió a través del Tesoro que se «hizo todo lo posible para llegar a un acuerdo, pero el sindicato sigue insistiendo en demandas que afectarán seriamente la capacidad del gobierno para servir a los canadienses».
La huelga de los empleados públicos provocó la interrupción de 23 servicios públicos federales, incluyendo las oficinas de impuestos y los trámites de pasaportes.
Los trabajadores quieren mayor flexibilidad para el teletrabajo, modalidad que se impuso en pandemia y fue revertida a medida que la población se vacunó contra el coronavirus y bajaron los índices de contagio.
“Aún hay distancias entre nosotros, pero seguimos en la mesa porque todavía tenemos esperanza. Nuestro objetivo es llegar a un acuerdo. Nuestros miembros están dispuestos a luchar por un convenio colectivo bueno, limpio y justo”, expresó el presidente de AFPC, Chris Aylward, en una rueda de prensa.
Aylward precisó que se levantaron 250 piquetes en calles de todo el país y afirmó que el sindicato seguirá en huelga hasta que se resuelvan los problemas clave, aunque no reveló detalles sobre la discusión.