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No es que vengan a instalar sus tropas, sino es que entran en periodos de corta duración, hacen los operativos y se retiran (…)”. Así habló ayer el canciller ecuatoriano Gustavo Manrique, para explicar los alcances del acuerdo alcanzado la semana pasada por su presidente, Guillermo Lasso, con la Guardia Costera y el Departamento de Defensa de EEUU, con el objetivo de combatir el narcotráfico, la pesca ilegal y la trata de personas.
En los últimos 5 años la tasa de asesinatos pasó de 5,8 a 25,3 por cada 100.000 habitantes. Hasta la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sostiene que la violencia y la inseguridad tienen una de sus raíces más profundas en la pobreza y en la falta de oportunidades laborales. Para su relator especial sobre Derechos Humanos, Olivier De Schutter, en esas condiciones es que las pandillas reclutan más jóvenes.
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“Este círculo vicioso sólo podrá romperse si el país invierte más en su gente”, consideró en su informe de la primera semana de septiembre, al finalizar su visita por el país. En los aglomerados urbanos la tasa de pobreza llega al 27% de la población. Y en el ámbito rural, al doble.
El próximo 15 de octubre tendrá lugar la segunda vuelta en las elecciones presidenciales. En agosto pasado justamente, fue asesinado a tiros Fernando Villavicencio, mientras hacía campaña en Quito.
Lasso explicó que el acuerdo de cooperación logrado con EEUU tiene 169 objetivos para los próximos 7 años, más alla justamente de los próximos gobiernos. “Eso es lo más cercano a un Plan Colombia”, garantizó el presidente.