El pasado 4 de julio, el gobierno nacional y la provincia de Mendoza anunciaron en conferencia de prensa el inicio del proceso de privatización de la empresa IMPSA.
El anuncio fue realizado en conjunto por el gobernador provincial, Alfredo Cornejo, y el Secretario de Planeamiento y Gestión para el Desarrollo Productivo y de la Bioeconomía de la Nación, Juan Pazo.
Es que el 63,7% de las acciones de la empresa son propiedad del Estado nacional a través del Fondo Nacional de Desarrollo Productivo (FONDEP), controlado por la Secretaría de Industria y Desarrollo Productivo, perteneciente al Ministerio de Economía de la Nación. Otro 21,2% de las acciones pertenecen a la Provincia de Mendoza. El 15,1% restante es propiedad privada: el 9,8% está en manos de un fondo de capital controlado por los acreedores de la Compañía y el 5,3% pertenece a un fideicomiso de capital controlado por los accionistas originales y fundadores de IMPSA.
El objetivo, según los funcionarios, es sanear la deuda de la compañía -que asciende actualmente a 500 millones de dólares- y garantizar la continuidad de sus operaciones, que genera más de 700 empleos y alimenta a una extensa red de proveedores PyME.
La empresa norteamericana ARC Energy es una de las principales interesadas en la compra de las acciones de IMPSA. Dicha operación, “será canalizada por el fondo de inversión IAF (siglas en inglés de “Industrial Acquisitions Fund”) el cual se especializa en temas de energía y está integrado por referentes de dicha industria» indicaron oficialmente desde IMPSA.
Desde la empresa estadounidense indicaron que buscan colaborar con la reestructuración de la deuda de la empresa para relanzarla en mercados internacionales.
En la conferencia de prensa, el funcionario Pazo expresó que a partir de la puesta en marcha del Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), “muchas inversiones en sectores como el hidroeléctrico o minero pueden hacer que esta compañía se ponga en valor”.
IMPSA “ofrece soluciones integrales para la generación de energía a partir de recursos renovables”, dice en su página web ya que lleva instalados más de 50.000 MW de potencia en todo el mundo, a través de proyectos de energía hidroeléctrica, solar, eólica y nuclear.
Además, “es la única compañía en Latinoamérica con tecnología propia para equipos de generación hidráulica y con certificación ASME III para el diseño y fabricación de componentes nucleares”.
IMPSA tiene su origen en 1907 por la familia Pescarmona, con la creación de Talleres Metalúrgicos en la ciudad de Mendoza.
En junio de 2021 se convirtió en una empresa pública tras recibir un total de 20 millones de dólares: 14,4 millones del gobierno nacional y el resto de la provincia de Mendoza, a cambio de una participación del 63,7% y del 21,2% en la empresa.