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Miércoles 12 de Noviembre de 2025
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América Latina en el ojo del imperialismo

En 2005 se combinaron elementos para un hecho histórico: la IV Cumbre de las Américas rechazó la imposición del ALCA, el proyecto de Estados Unidos para el comercio con los países latinoamericanos. *Carlos Rang señala los nuevos planes del imperialismo en esta coyuntura.

07/11/2025
en Global, Latino, Movimiento
Mar del Plata (2005). La movilizacion de las organizaciones en rechazo al acuerdo y la presencia del presidente Bush.

–¿Cuál fue el contexto en el que se inscribe el No al ALCA de 2005?

– Atravesábamos un repliegue del campo revolucionario a nivel mundial por la caída del muro de Berlín en 1989 y la disolución de la URSS en 1991. Así entramos en una etapa de dominio unipolar, encabezado por el tridente EEUU-Europa-Japón. Esta fase imperialista arrasó por ejemplo con los territorios de Irán, Irak y Afganistán, mientras que para América Latina prepararon el ALCA: un proyecto de libre comercio que favorecía inversión extranjera y eliminación de aranceles. Para nuestros países esto significaba un proceso de reprimarización, industricidio, liberación de servicios y desregulación del mercado. Se protegía la inversión extranjera bajo la supervisión de mecanismos jurídicos que favorecían a las corporaciones trasnacionales, con asiento en Norteamérica.
En las anteriores cumbres de las Américas, hubo voces disidentes al ALCA, como en la primera en Miami y la segunda en Quebec, donde se dieron protestas sociales con represión en las calles. Es en la IV Cumbre en Mar del Plata donde, a partir de la coalición de los gobiernos de Hugo Chávez (Venezuela), Nestor Kirchner (Argentina) y Lula Da Silva (Brasil), acompañados también por las posiciones de Nicanor Frutos (Paraguay) y Tabaré Vázquez (Uruguay), se pudo articular un rechazo frontal al proyecto estadounidense. A la vez, fue fundamental la Cumbre de los Pueblos o “contracumbre” que se desarrolló en simultáneo, encabezada por dirigentes y referentes sociales como Evo Morales -quien sería presidente un año después-, Hebe de Bonafini, Luis D´Elía, Miguel Bonasso, Diego Maradona y el propio Hugo Chávez. Cientos de organizaciones y miles de militantes sociales, sindicales y estudiantiles se movilizaron para congregarse en el lugar.

– ¿Qué impacto tuvo en los proyectos en disputa esta posición soberana que se manifiesta en Mar del Plata?

– La derrota del ALCA mostró que la guerra interimperialista no es sólo militar o económica; también se da en el plano político y social, donde la movilización de los pueblos constituye un contrapeso estratégico que, en este caso, permitió el fracaso político del proyecto evidenciando la crisis de legitimidad de la hegemonía neoliberal, pero no su desaparición. Este proceso fue posible porque en 2001 hubo una revuelta en Argentina, también en Bolivia se había dado la insurrección en la lucha por el Agua y por el Gas, que permitieron que Evo fuera electo presidente después. Esta gesta se dio por tres elementos: una crisis de hegemonía -del unipolarismo yanqui- y la aparición de proyectos como el Mercosur, apoyado por la Unión Europea. También hubo dirigentes que tomaron decisiones soberanas, como el pago de la deuda casi en simultáneo entre Argentina y Brasil y salirse del FMI. Y, como algo central, movimientos populares que presionaron, construyeron la posibilidad de que esos cambios fueran realizables. El poder surge desde abajo, generado por situaciones de masas. No alcanza con un buen dirigente, sin fuerza social en movimiento no se puede cambiar nada estructural.

Charla debate en el local de ATE-Rio Cuarto, a cargo de Carlos Rango, por los 20 años del ‘No al ALCA’.

–¿Cómo aparece configurado eso estructural hoy?

– Hay una disputa global de diferentes intereses: el sector continentalista y nacionalista norteamericano, con cabecera en bancos como J.P Morgan y petroleras como Exxon Movil, que luchan contra grandes fondos financieros globalistas y sus plataformas. La disputa central es la monetaria y el control del sistema financiero global. El dólar sigue siendo la moneda de reserva global. Pero existe una desdolarización impulsada por el multipolarismo: China, los BRICS y el aumento de las reservas de oro representan un desafío directo. EEUU usa sanciones, control del sistema SWIFT y presión sobre países que comercian fuera del dólar.
En este marco América Latina y el Caribe entraron en el epicentro de la disputa geopolítica global entre estos proyectos. Vuelve a ser un territorio estratégico, codiciado por su riqueza en recursos naturales (minerales, agua, alimentos, energía, biodiversidad), su ubicación y su rol en el reordenamiento de los flujos financieros y del poder monetario mundial. El endeudamiento con el FMI y la intervención del Tesoro y los grandes bancos norteamericanos como JP Morgan y Citi son mecanismos directos de control político y toma de decisiones para sus intereses y para el ajuste estructural con la imposición de reformas claves.
También buscan el control del uranio y correr a China del control de litio y tierras raras, en el contexto de un acuerdo de cooperación de minerales críticos. Esta es la moneda de cambio por el rescate financiero de Argentina: se especula que el acceso a nuestros recursos sería una garantía, aunque su propiedad pertenece a las provincias y no al Gobierno nacional, por eso la necesidad del acuerdo con los gobernadores.

–¿Frente a esta situación, cuál es la tarea de las organizaciones populares?

– Hay que reconocer estos proyectos en disputa y sus formas de dominación, para construir poder y soberanía popular regional. Cambiar radicalmente las correlaciones de fuerza para controlar los resortes estratégicos, integrar recursos clave, tecnología, moneda y políticas de integración autónoma y soberana a nivel regional. El capitalismo está chocando contra los límites biofísicos del planeta. Debemos percibir y tener muy claro que en estos momentos de la historia el capital y su democracia liberal burguesa está vaciando cada vez más de contenido al Estado nación. Nuestra tarea es construir fuerza organizada, con arraigo en el movimiento popular, con el conjunto de la clase trabajadora, en los sindicatos, en los territorios, poner en movimiento a los estudiantes, para recuperar la alianza básica estratégica. Seguir con las anteojeras del poder dominante cuando tratamos de elaborar estrategias y producir tácticas, es repetir sus reglas impuestas y sin posibilidad de cumplir nuestro objetivo.

Carlos Rang. Dirigente de ATE y especialista en estudios latinoamericanos.

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Tags: AméricaArgentinaEdición 549

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