29 proyectos que fueron presentados por la oposición para retrotraer los aumentos a enero del 2017, o diferenciar los valores en época invernal, emergencia tarifaria o tarifas especiales para organizaciones sociales y entidades de bien público, entre otras propuestas, no pudieron ser tratados ante la negativa del bloque oficialista PRO UCR a debatirlos. Votaron negativamente cada uno de ellos y así el Congreso no alcanzó los dos tercios necesarios para discutirlos.
Otra vez, el radical cordobés Mario Negri fue el que defendió esta postura: “nuestro interbloque no va a facilitar los dos tercios de esta sesión”, dijo el diputado que la semana pasada anunció el plan del gobierno para los tarifazos: pago en hasta tres cuotas y con interés.
Afuera, mientras los Diputados sesionaban, panaderos de Buenos Aires repartían 5.000 kilos de panes manifestandose contra «los tarifazos y lo insostenible que es continuar con los comercios abiertos al ritmo que suben las tarifas y la caída en las ventas».
En Vaca Muerta, Macri defendió la quita de subsidios y dijo que para cubrirlos «nos tuvimos que endeudar. La otra alternativa era un shock de ajuste. Nosotros elegimos el camino del gradualismo. Necesitamos el esfuerzo de todos».
El más caro de Latinoamérica
Los aumentos que ya superaron más del 1.000 por ciento desde la llegada de Cambiemos, se dan principalmente por la fuerte quita de subsidios a los usuarios. El Gobierno insiste en que repre-sentan un alto costo para el Estado y promete erradicarlos totalmente hacia el 2019.
Un informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) indica que Argentina se ubica en el puesto número 60 entre 152 países en la distribución de subsidios, 413 dólares per capita, muy por debajo de los 2.177 dólares en Estados Unidos, o países de la región como Chile: 515 dólares.
Tras la quita de subsidios, según un estudio del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad de Avellaneda, el peso de los servicios públicos sobre el salario mínimo pasó a representar del 6% en 2015 al 21% en 2018, trepando al tope en América Latina, solo por debajo de Venezuela y Chile.