CTEP
Desde la CTEP trabajan para “mejorar la vida de las personas” en cada barrio que trabajan: Río Limay, Las Delicias, Quintitas Golf, Valacco. Arreglos de baños, placitas para los niños, una bloquera para vender y recaudar fondos y también construir sus propias viviendas, una quinta, venta de comida, algunas de las actividades.
Para ellos, la salida es el trabajo “digno y genuino”. Por eso plantean y generan cursos de capacitación, buscan conformarse como cooperativa, “herramientas para generar más laburo”, definió José Horacio Villegas, o “Pomito”, de profesión plomero.
COOPERATIVA RECUPERADORES URBANOS RIO 4
Los 14 integrantes de la Cooperativa de Recuperadores además pertenecen a la Federación de Cartoneros, Carreros y Recicladores de Córdoba -y por su intermedio a la CTEP-. Su unidad de acopio y de trabajo, lugar que alquilan mensualmente, se encuentra en las calles Mártires Riocuartenses y Luis Reinaudi. Alejandro Bazán, presidente de la cooperativa, contó que en Río Cuarto son «700 cirujas los que recolectamos el 20 % de los residuos de la ciudad». Tras firmar convenios con instituciones educativas y empresas privadas «estamos haciendo separación en origen donde también damos charlas para los chicos, y en varios sectores de la ciudad donde tratamos de concientizar a los vecinos lo que significa para el cuidado del medio ambiente».
De las 8 horas laborales, a aquellos que no sabían leer y escribir, le dedican dos horas a aprender lectura y hacer cuentas. «Son dos horas menos de trabajo, pero son dos horas de futuro», resaltó Bazán.
MAP – RAYITO DE SOL
El comedor Rayito de Sol en barrio Alberdi contiene a 12 familias y 80 niños diariamente. Es uno de los 22 comedores que el Movimiento de Acción Popular tiene en la ciudad. Bajo la premisa de la autogestión, y con el apoyo fundamental de la CTA, de estudiantes universitarios, la Iglesia de Fátima y vecinos se preocupan por brindar alimento, pero también de generarlos, por ejemplo, a través de la huerta que trabajan.
Por la situación del país, cuenta Analía Ramón, «los sponsors se han caído un montón. Hablo con todo el mundo y dicen que están en la misma situación de déficit que tenemos en el país». Como otras organizaciones, también se ocupan del deporte, del arte y de apoyo escolar. «Se le da una contención, un apoyo que nunca se frena por la necesidad que hay», sostuvo la referente del Rayito de Sol. «Por eso la lucha día a día es hacer un buen trabajo social», agregó. Los proyectos en adelante son concientizar sobre temáticas vinculadas a la violencia y adicciones, problemáticas recurrentes de los barrios.
SEAMOS LIBRES
La organización integrada por estudiantes y militantes sociales desarrollan actividades deportivas para niños y niñas, talleres para mujeres, una copa de leche y una huerta comunitaria en el barrio Jardín Norte. Melina Piantania, dijo que trabajan «fuertemente por la Economía Popular.»
«Como organización tenemos muy presente que hay que hacer frente a las políticas neoliberales del gobierno de Macri. La unidad es fundamental para esto», sostuvo la militante.
BARRIOS DE PIE
Son estudiantes y militantes sociales que participan en los barrios 400 viviendas, barrio Santa Rita y barrio Alberdi. Con merenderos y comedores «las organizaciones son el canal de participación y posibilidad de satisfacer las necesidades que el Estado no garantiza», consideró Francisco Dell Agnola. Para el militante, «la participación se expresa a través de estas organizaciones que llegan a cada barrio y despliegan iniciativas de contención para los pibes, de capacitación y de vinculación con la economía social».
CENTRO CULTURAL MULATO MULE
Con 8 años de trayectoria, por el Centro Cultural pasan unas 300 personas semanalmente. En «el galpón» como lo llaman, se dictan talleres de candombe; el histórico de murga; el de circo, de teatro comunitario, el de redacción con el gremio del Cispren, el taller de trompeta y apoyo escolar. «Acompañamos proyectos comunitarios en distintos puntos de la ciudad y en la provincia de Córdoba, fundamentalmente en pueblos del sur. Sin embargo hemos apuntado a fortalecer el centro cultural», comentaron Juan Romero y Pablo Titarelli, de la Mulato Mulé.
«Hay familias que traen a sus hijos a las actividades del galpón en general. Vienen, se quedan, comparten con sus hijos y los vemos crecer acá. Con las familias estamos en contacto y les ayudamos con los problemas de contención básica cuando lo requieren: una ropita, comida, lo que esté a nuestro alcance», explican.
«Nos consideramos trabajadores de la cultura popular», remarcaron los referentes de Mulato Mulé, y coincidieron que en Río Cuarto los movimientos sociales vuelven a confluir.